El PSOE trata por tercera vez de forzar un interrogatorio de Rajoy en el Congreso
Cuentan con sucesivos rechazos del PP, pero también con que el ruido distraerá de los problemas internos del socialismo: falta de ideas y de liderazgo, contra el que se avecina clamor de primarias
s.e.
El PSOE registraba ayer en la Cámara Baja su tercer intento de interpelar al presidente del Gobierno por el «caso Bárcenas», empeño que con toda probabilidad topará en la Mesa del Congreso con el PP, -que ya ha utilizado dos veces su mayoría para ... frustrar las intenciones de los socialistas - y con un escollo que el equipo de Rubalcaba conoce y pretende obviar: el reglamento del Parlamento contempla que la interpelación es una herramienta para controlar a los ministros, pero no al jefe del Ejecutivo.
Al igual que a comienzos del verano el PSOE exprimió todos los mecanismos de presión posible para exigir que Rajoy compareciera en el hemiciclo -como hizo efectivamente el 1 de agosto-, ahora buscan sin descanso forzar un interrogatorio de Rajoy en el Congreso. Cuentan con sucesivos rechazos del PP, pero también con que el ruido que pueden provocar con sus protestas sirva de cortina de humo para difuminar los problemas internos del socialismo: la corrupción de los ERE, la falta de liderazgo, el clamor de primarias que se avecina y, sin ir más lejos, su falta de iniciativa y de potencia para situar sus intereses en la agenda política. Todo el plan del PSOE, por tanto, gira en torno a Bárcenas.
Primer intento: sin «interés general»
El pasado 28 de agosto el PP, con su mayoría en la Mesa del Congreso y la abstención de CiU, rechazó admitir a trámite el primer intento del PSOE de interpelar al presidente Mariano Rajoy por el llamado caso Bárcenas, paso que para los socialistas era previo para llevar después a cabo su propósito de someter a votación la reprobación del jefe del Gobierno.
El PP argumentó que no había razones de interés general para convocar un Pleno extraordinario para debatir una interpelación al presidente del Gobierno que, además, presenta dudas reglamentarias. En concreto, el Grupo Popular ha hecho notar que la interpelación al Gobierno es un mecanismo para controlar a los ministros pero no al presidente, posibilidad que el propio PP introdujo en el debate de reforma del Reglamento de 2005, y que fue rechazada por el Ejecutivo entonces bajo mando del PSOE.
En realidad, el Reglamento contiene un vacío legal, pues no impide expresamente dirigir una interpelación al presidente del Gobierno y lo que determina es que es el Ejecutivo quien decide cuál de sus integrantes responde a las interpelaciones planteadas por la oposición. No son raros los casos en que un partido se dirige a un ministro y el Gobierno escoge otro para el debate.
Segundo intento: vetos y votos
En su segundo intento, el PSOE pidió interpelar no al presidente, sino al Gobierno en su conjunto, «sobre las responsabilidades políticas derivadas de las falsedades vertidas en sede parlamentaria en relación con el escándalo de financiación ilegal del Partido Popular». Ese escrito también fue rechazado esta semana por la Mesa del Congreso. El portavoz del PP, Alfonso Alonso, defendió la posición de su Grupo declarando que «el PSOE va siempre al debate sobre el debate, aplicaciones extravagantes o inexistentes sobre el reglamento de la Cámara. Esto nos conduce a una oposición estéril, que no da nada a los españoles» , tras lo que apuntó que para los socialistas los votos del PP «no son votos, por lo visto son vetos».
Como consecuencia de ello, el Grupo Socialista ha presentado ahora, ya periodo ordinario de sesiones, una interpelación dirigida expresamente al presidente pero que no alude directamente a la financiación ilegal del PP, sino sólo a la política del Ejecutivo sobre asunción de responsabilidades en caso de que se mienta al Parlamento.
Además, el primer partido de la oposición ha recurrido los vetos que la Mesa del Congreso impuso a sus dos peticiones anteriores, pero el órgano de gobierno de la Cámara habrá de decidir sobre los mismos tras recabar la opinión de la Junta de Portavoces, algo que aún no se ha producido. El PSOE está dispuesto a ir en amparo al Tribunal Constitucional si se rechazan sus recursos.
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