El PSOE, en busca de apoyos para sus propuestas ante el «desprecio» del Gobierno

Jáuregui ha explicado esta mañana en Bilbao a los socialistas vascos los debates que se están celebrando en el PSOE para la renovación de sus propuestas que incluirán la revisión del actual sistema autonómico desde «el diálogo» sobre el reparto competencial y sobre la financiación de las autonomías.

Ha recordado que el PSOE presentó esta semana una iniciativa para reactivar la economía que partía de la premisa de que la situación económica española requiere «una inyección económica de 30.000 millones de euros inmediata» para facilitar el crédito. «Rajoy ha despreciado el pacto», pero el PSOE «ha reiterado su mano tendida para abordar desde el consenso los grandes problemas de España», ha señalado.

Los socialistas van a concretar en los próximos días esa propuesta y volverán a presentarla al Gobierno porque «solamente la imagen de un gran acuerdo en España, produciría efectos balsámicos en los mercados y el Europa». Ha planteado que el PSOE debe seguir haciendo una oposición «firme» pero también plantear «una alternativa razonable y eficaz para combatir el drama del paro y de la recesión», frente a la política que está aplicando «la derecha», que tiene la tesis «de que no hay otra cosa que hacer».

De esa manera, Jaúregui ha propuesto «articular todo un movimiento» al se que se sumen sindicatos y empresarios, además de otros partidos, «para tratar de conseguir que el Gobierno salga de su arrogancia de su desprecio al pacto, para que España siga una senda distinta frente a la crisis».

Ha reivindicado el papel del PSOE «como el gran partido modernizador de una España a la que las costuras de la convivencia se le están descosiendo», y que reclama «una agenda reformista profunda». Con ese objetivo Jáuregui ha propuesto aparecer, después de la Conferencia Política, como «el partido de la esperanza y del cambio» para lo cual habrá que mantener una «actitud valiente» ante los grandes problemas de Estado «porque, o cambiamos, o nos echan» ya que la crisis del sistema político y la desconfianza en los partidos «es muy profunda».