La prima de riesgo de España alcanza a la italiana por primera vez en 17 meses

Una diferencia mínima que en el Ministerio de Economía, ayer, confiaban en eliminar en las próximas horas. Es más, los técnicos del Tesoro explican que España hace ya varios días que ha reducido su prima de riesgo por debajo de la italiana. La explicación estaría en que el bono italiano a diez años vence en mayo de 2023, mientras que el español lo hace en octubre de ese ejercicio. Tener una referencia con vencimiento más largo para el mismo título estaría así «penalizando» a España, pues cuanto mayor es el plazo de amortización más se encarece el bono.

La última vez que Italia soportó un riesgo país mayor que España fue a principios de abril del año pasado. Los inversores confiaban en el firme plan de austeridad diseñado por el exprimer ministro Monti. Mientras, en España, el rescate del sistema financiero, primero, y los rumores sobre un posible salvamento total del país, después, dispararon la prima de riesgo hasta los 637 puntos, su máximo histórico.

Las elecciones generales del pasado febrero en Italia concluyeron con la formación de un Gobierno, el de Enrico Letta, débil. Y Silvio Berlusconi, habitual agitador de la política romana, amenaza ahora con derribarlo si no impide su expulsión del Senado. En cambio, la mayoría absoluta de la que goza el Ejecutivo de Rajoy le ha permito desplegar sin apenas trabas su plan de reformas estructurales, avaladas por los mercados.

En sólo un año la prima de riesgo española se ha reducido en 380 puntos. Una rebaja que, según informó recientemente el ministro De Guindos, supondrá este año un ahorro en intereses de la deuda pública para las arcas del Estado de unos 5.000 millones de euros, el 0,5% del PIB, respecto a la cantidad inicialmente presupuestada para esta partida.

La inversión foránea, al alza

Economía espera además que el riesgo países siga reduciéndose progresivamente en los próximos meses y pueda cerrar el año cerca de los 200 puntos. A esta mejoría está ayudando ya, de hecho, la renovada confianza de los inversores en España. Los no residentes acumulaban a cierre del pasado julio 250.126 millones de euros en deuda soberana española, 10.133 millones más que en junio y 55.589 más que un año antes.

Ese nivel de tenencia de deuda española por parte de inversores foráneos es el más alto desde enero de 2012, en plena fuga hacia los títulos de otros países. Fue en septiembre de ese ejercicio cuando esa tendencia se revirtió y el dinero de los extranjeros retornó hacia el Tesoro público, recuperando su condición de primeros compradores de letras, bonos y obligaciones del Estado, con el 37,69% del total emitido, por encima de la banca española (32,17%).

La Eurozona se ha sumado a Estados Unidos y salió en junio de la recesión, como acaba de confirmar Eurostat; incluso Portugal, cuarto país de la Unión Europea rescatado, deja atrás el bache con un sorprendente crecimiento del 1,1% en el segundo trimestre, según corroboró ayer la oficina de estadísitica del país vecino. Y España está haciendo sus deberes: así lo han avalado los líderes y autoridades internacionales reunidos en San Petersburgo con motivo del G-20.

España vive un «fenómeno inédito» al experimentar una recuperación económica «a una velocidad que no era esperable» y que nadie pronosticó, dijo ayer el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, durante la clausura de la Escuela de Verano del PP en Gandía. Ayer mismo se conoció un nuevo dato positivo para la evolución económica: el Índice General de Producción Industrial (IPI) subió un 0,4% interanual en julio, más de cinco puntos por encima de la tasa registrada en junio (-4,8%), según informó el INE. De esta forma, y tras dos meses consecutivos de falta de actividad, la producción industrial vuelve a mejorar.

Eso, junto a la insistencia del presidente del BCE, Mario Draghi, en mantener los estímulos monetarios, alienta el optimismo. Como muestra, el Ibex 35 cerró ayer su quinta jornada consecutiva en positivo (+1,23%), y acumuló una revalorización del 4,4% en la primera semana después del único verano tranquilo en los mercados de los últimos cuatro. Señal quizá de que la recuperación ha comenzado.