Alrededor del paro en la generación más preparada
Desde que comenzase la crisis y conforme se profundiza en ella, se percibe el regreso de la población española nativa a algunos trabajos que antes descartaba
j.v.
La pasada semana llamó la atención el anuncio de la agencia de empleo sueca que va a animar a sus jóvenes en paro a buscar trabajo veraniego en la costa mediterránea, en Grecia y España, incluidas. La desconcertante iniciativa, a tenor de las tasas ... de desempleo juvenil de cada país (55,13% en nuestro caso, según el INE, por un tasa en torno al 24% en el suyo), está enfocada a puestos que satisfagan una «clientela escandinava» (que requieran el sueco, vamos) en los complejos turísticos. Con independencia de que un puesto de instructor deportivo o animador no pueda ejercerse a través del inglés ( en donde tampoco vamos sobrados los españoles), el desempleo juvenil en España requiere un análisis muy amplio.
La tasa de paro entre los jóvenes corresponde a la división del número de parados, menores de 25 años en edad de trabajar, entre la población activa de esa edad. Ésta es la manera más habitual de presentar este porcentaje, aunque también se puede hacer dividiendo entre la población total de esa edad, es decir incluyendo a los jóvenes que están estudiando o no buscan trabajo. Este dato será así mucho más bajo (mayor denominador) e incluso algunos críticos lo prefieren al más usual al considerar que lo más adecuado (y deseable, dicen) es que gran proporción de ellos esté formándose.
Con todo, semejante nivel de paro entre la juventud no pasa inadvertido e incluso durante la pasada semana varios líderes europeos de primer nivel ( Angela Merkel , Durao Barroso o Olli Rehn, entre otros) mostraron cierta preocupación en este punto, coincidiendo también con el anuncio por parte de la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, de la inclusión de una «tarifa plana» de 50 euros durante seis meses para incentivar las iniciativas empresariales entre los menores de 35 años.
«El peso de la población joven desempleada ha descendido en términos relativos. Esto es que el porcentaje de jóvenes parados dentro del conjunto total de parados es menor ahora que antes de la crisis», dice Ángels Valls, profesora del Departamento de Organización y Dirección de Personas de Esade. En términos absolutos es más alto, también apunta.
Desde que comenzase la crisis y conforme se profundiza en ella, se va percibiendo también el regreso de la población española nativa a algunos trabajos que quizá durante la prosperidad anterior eran cubiertos por extranjeros como otro de los fenómenos a incluir en la nueva estructura laboral española.
«Había una gama, unos perfiles de puestos de trabajo para personas que podían optar con unas condiciones mejores, menos precarios, mejor pagados y a otros accedían personas recién llegadas a nuestro país. Son puestos que vuelven a estar demandados por gente que antes no se planteaban que esta fuese su mejor opción», explica la profesora de Esade.
De hecho, ahora «hay más paro entre extranjeros que entre españoles, debido a que los primeros han trabajado mucho en sectores muy afectados por la crisis como la construcción», explica Florentina Álvarez, la subdirectora general de Estadísticas del Mercado Laboral del INE, «y, en menor medida, en hostelería, servicio doméstico y agricultura», añade.
Según los datos del INE, la tasa de paro de los extranjeros (en conjunto) que viven en España ya alcanza el 36,53 por ciento, que supera en más de doce puntos al de las personas de nacionalidad española, que se sitúa en el 24,23 por ciento. Y, como evidencia Valls: «A nadie se nos escapa que en sitios donde estábamos atendidos por una serie de personas, ahora sí». Este año, de hecho, es el primer año en quince que la población extranjera disminuye.
Empeoramiento de las condiciones
«Las condiciones laborales a nivel de parámetros básicos: temporalidad, horario y sueldo son peores que las que teníamos antes. Las condiciones han empeorado», dice Valls. Rafa, de 24 años, que trabajó en la hostelería durante alrededor de dos lo corrobora con su experiencia. «Pasamos de un pack de 50 euros por cuatro horas, a cobrar 8 euros por hora», cuenta. Entre medias, explica, varios eslabones en la cadena de empeoramiento del salario y condiciones.
Valls considera que antes «el salario mínimo interprofesional era un dato para referenciar prestaciones y ahora es una referencia real en el mercado de trabajo». Actualmente, éste se encuentra en nuestro país en 645,3 euros al mes y la profesora de Esade también cree que hay «personas que están encontrando buenos sueldos por un mismo trabajo en otros países».
De hecho, Rafa, licenciado ahora en Ciencias Políticas, trabajaba en el catering a la vez que estudiaba. Y tampoco le es ajeno la emigración en su entorno «Tengo mil amigos que están fuera, de la carrera la mayoría», dice. «Otros hacen lo que sea de becarios malpagados, voluntarios con tal de hacer algo. Por la presión familiar», amplía. Y lo de mejores sueldos fuera también le suena, según cuenta. Él ahora está buscando trabajo tanto de lo suyo como en supermercados u hoteles; luchando por ser otro ejemplo más de «sobrecualificación» laboral en el mercado español.
Para Valls, «la pirámide de la cualificación entre nuestra población tiene forma de reloj de arena». Es decir, muchos universitarios y con formación básica, y pocos con formación profesional. «La FP debería incrementarse», explica. Y respecto a la pregunta sobre el exceso cualificación, responde: «La mirada no es que nos sobre, sino que nos falta gente con FP, con formaciones más técnicas y que el reto está en el mercado de trabajo para sacar el mejor provecho del talento que tenemos», dice. «Es una responsabilidad de la sociedad en todos sus niveles», concluye.
Alrededor del paro en la generación más preparada
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete