El hermano mayor de una generación
El compositor habla sobre su breve relación con el director de orquesta Ataúlfo Argenta, con motivo del centenario de su nacimiento
por cristóbal halffter
Ataúlfo Argenta estrenó tres de mis obras. Era una persona intuitivamente musical que resolvía de manera impresionante los problemas que a otros les costaba mucho solucionar. Fue un músico de primerísima categoría. Algo que demostró al frente de formaciones como la Orquesta de la Suisse ... Romande, la de París, en Londres... Además lo fue no haciendo solo un determinado tipo de música, sino toda. Su Schumann y su Bramhs eran de primera categoría, también su «Consagración de la primavera» y el «Opus 31» de Schoenberg.
En cuanto a su relación con los compositores, su artículo en la revista del Ateneo casi le costó el puesto y algo más que el puesto. Titulado «La música española de 1939 a 1953», ya en el primer párrafo afirmaba: «Si dijese que nuestra producción musical entre los años 39 y 53 ha sido brillante engañaría a los lectores del Ateneo». Aquello estuvo a punto de costarle muy caro, pero en España se dieron cuenta de que no se podían volver a repetir todas las faltas que se había cometido con la generación de la República, empezando por García Lorca y terminando con Picasso . Además, Argenta tenía toda la razón en su afirmación porque aquí estábamos muy mal. A mí y a toda nuestra generación nos faltó ese hermano mayor que él empezaba a ser, como testimonió en ese artículo con el que daba pie a que surgiera una nueva generación.
Si hubiera vivido más tiempo hubiese sido director titular de cualquiera de las grandes orquestas -la Filarmónica de Viena, la de Berlín, la de Londres...- porque su carrera iba en esa línea. Era un músico universal que también era profundamente español.
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