El tour de «Ocho apellidos vascos»

«Antes no era una buena idea venir. Con tanta violencia no nos atrevimos»Olga y Francisco nunca antes pensaron en hacer este viaje al norte. La pareja no lo dice abiertamente, pero los años de terrorismo de ETA privaron a muchos españoles como ellos de conocer el País Vasco. «Está claro que antes no era una buena idea. Con tanta violencia no sabíamos lo qué nos encontraríamos… No nos atrevimos, pero es que tampoco nos apetecía nada», concede él, exvigilante de seguridad privada que no deja de fotografiar la famosa ermita de San Telmo desde cada ángulo. Ahora, desde el boom de la cinta dirigida por Emilio Martínez-Lázaro, con guión de Borja Cobeaga y Diego San José , miles de turistas se han acercado hasta Zumaia, escenario de los pasajes más recordados de la exitosa comedia. Muchos con acento andaluz. En el pueblo presumen incluso de que una pareja de Sevilla ha preguntado para casarse allí.

Hasta este saliente de tierra donde se eleva la preciosa ermita del siglo XVI peregrinan cientos de turistas cada día desde que la gran pantalla desnudara su encantador contexto. Aquí los vecinos presumen de ocho apellidos autóctonos como la protagonista, Amaia ( Clara Lago ), y votan mayoritariamente a Bildu . «No creo que haya nadie de Zumaia que no haya visto la película . Hubo unas colas de locura, había que ir dos horas antes para coger entrada y muchos se quedaban sin ella», asegura Arri, vecina de la plaza donde se rodó la manifestación «borroka» en la que Dani Rovira (Rafa) saca toda su artillería al micrófono. Es una de las escenas preferidas para el gran público, como lo demuestra que un domingo de julio, un grupo de chavales de Madrid y Castilla y León se pusieran a cantar «¡Euskadi tiene un color especial!» en la famosa plaza, otro de los puntos de peregrinación turística estos meses. «Nos gustó muchísimo. Chica, después de tantas desgracias ahora toca reírse!», comenta otra paisana, también de nombre Arri, que viene de Arritokieta, la patrona de Zumaia.

Margari, cuya frutería sale en la película, se relame del éxito de la cinta, que está dejando más ventas de lo habitual en su tiendecita. Incluso ha ideado unos imanes con los «escenarios de Ocho apellidos vascos», galletitas y dos muñecos de la pareja protagonista que atraen la atención del paseante a su escaparate. «¿Que si se nota? Está siendo impresionante. En Viernes Santo no cabía una persona más. Hasta un bar tuvo que cerrar tres horas porque estaban colapsados de dar comidas. Antes Zumaia ni existía en el mapa. Ahora vienen de todas partes, también parejas mixtas», comenta Margari, que ha colocado un cartelito fuera de la tienda con los nuevos «souvenirs».

Desde que se estrenó la película, se ven decenas de autobuses que llegan de fuera con guía para hacer la ruta por los puntos donde se rodó. Lo nunca visto en este pueblo costero de 9.000 habitantes, relegado del circuito turístico oficial de Zarauz y Guetaria.

Por supuesto, también hay quien viene al pueblo atraído por el alto interés geológico de sus espectaculares acantilados cuya formación, de nombre «flysch», tiene millones de años de historia. «Es nuestro tesoro natural», afirman desde la oficina de turismo, que ha registrado un aumento del 9 por ciento de visitantes respecto a 2013, si bien puntualizan que la gran mayoría no pasa por su mostrador.

«En Viernes Santo no cabía una persona más. Un bar tuvo que cerrar para poder atender»Es el caso de una pareja de Zaragoza , que no se percata de la conexión con la película. «¡Pero si es verdad, esta es la preciosa ermita de “Ocho apellidos vascos”!», dice la mujer, que es rápidamente corregida por una lugareña: «No, de Ocho apellidos vascos, no. Es la de San Telmo», defiende. «Lo único que nos molesta de esto es que se le vaya a cambiar el nombre», explica Jone mientras saca su teléfono móvil para enseñar a todos las fotos que hizo al equipo de actores durante el rodaje, el verano pasado.