«Ocho apellidos vascos»: radiografía de un fenómeno sociológico

Uno de los grandes secretos de la película , que explota con humor los tópicos de andaluces y vascos , ha consistido en desmontar las supuestas barreras ideológicas que diferencian y distancian a unas regiones de otras. La medición de Rentrak sitúa a la Comunidad de Madrid como la autonomía con la recaudación más alta, casi 8,5 millones de euros, por delante de Cataluña (7,2) y Andalucía (6,3). Dado que los precios de las entradas varían en función de diversos factores (ciudad, cadena de cines , día de la semana), esos puestos cambian cuando se trata de ordenar el territorio por número de espectadores: Madrid sigue a la cabeza (1,3 millones) pero Andalucía (1,23) adelanta a Cataluña (1,14).

Cruzando estos datos con las cifras de la población española a 1 de julio de 2013, facilitadas por el Instituto Nacional de Estadística, se advierte que, en términos relativos, Navarra, País Vasco y La Rioja son las tres Comunidades Autónomas que destacan por encima del resto. Aunque conviene tener en cuenta que una misma persona puede haber acudido a ver la película en más de una ocasión, los porcentajes de visionado en estas autonomías se sitúan en unos espectaculares 30, 28 y 26%, llamativamente por encima de la media.

Cifras que reflejan que el público ha abrazado el humor de «Ocho apellidos vascos» , heredado del programa televisivo «Vaya semanita», ambos elaborados por los mismos guionistas, pese a las críticas de los sectores más radicales. Un redactor de «Gara» llegó a afirmar que la película utiliza «los mismos chistes sobre vascos y andaluces que se contaban durante el franquismo» y cargaba contra el hecho de que algunos de los actores que interpretan a personajes vascos no son vascos, lo que da pie, afirmaba, a «acentos ridículos». Borja Cobeaga, coguionista del filme, tiene claro que «se han molestado en los extremos, pero no el resto del público» .

Lejos de sentirse ofendidos por una historia que les invitaba a reírse de sí mismos, los vascos han contribuido decisivamente al éxito de la comedia . Un cine de Baracaldo, en Vizcaya, marcó el récord de taquilla en el estreno de la cinta . En la misma provincia, en la localidad de Zalla, la película se proyectó en el cine-teatro municipal, por donde cada fin de semana pasa el «blockbuster» de turno, ya sea Capitán América o Supermán . Lo que no habían conseguido las anteriores lo obró «Ocho apellidos vascos» : se agotaron todas las butacas de jueves a lunes. Incluso hubo vecinos que no las reservaron con tiempo y se quedaron sin verla. En total, casi 4.000 entradas vendidas para una localidad de poco más de 8.000 habitantes.

El director de la película, Emilio Martínez-Lázaro, confiaba en esta acogida. «Sí, esperaba que funcionara bien en el País Vasco. Tuve enseguida un pálpito, ya rodando en Zarauz. Al principio había un cierto recelo. Una cosa es reírnos de nosotros mismos y otra que lo hagan los de fuera . Pero se fue aflojando el tornillo de la risa y eso se veía en el equipo, que era vasco», recuerda.

La otra comunidad autónoma que es objeto de los dardos de los guionistas, Andalucía, también refleja una buena acogida: tercera en recaudación, casi un 15% de los potenciales espectadores han acudido a las salas. Otro ejemplo de cómo el público ha sabido conectar con su humor desenfadado lo da Cobeaga al relatar que en Las Pedroñeras, localidad perteneciente a Cuenca, están orgullosos de que se les mencione en un momento del filme.

La película ha funcionado especialmente bien en Madrid (20,6%), Cantabria y Castilla y León (más del 17%) y Cataluña (por encima del 15%). Esta última, otra Comunidad Autónoma de la que cabría esperar algún tipo de recelo en pleno auge del independentismo. En el otro extremo de la gráfica se sitúan Ceuta y Melilla, con apenas un 5% de impacto, seguidas de Galicia, en torno al 9,5%, y Extremadura (10%).

Más allá del distinto comportamiento de la película en cada Comunidad Autónoma, otro de sus grandes méritos consiste en haber logrado captar la atención de ese espectador que había perdido la costumbre de acudir al cine. «Ha ido gente que la última película que había visto era “E.T.”», bromea Cobeaga. Y remacha Martínez-Lázaro muy en serio: «He visto a viejecitas que no habían pisado un cine en 30 años». El director cita salas cerradas que han reabierto y otras que han vuelto a utilizar anfiteatros. Es el milagro de una película que ha hecho reír en toda España por igual, a niños y mayores, y que ya solo tiene a «Avatar» por delante como la más taquillera de la historia en nuestro país, con 74 millones. Misión casi impo sible, aunque nunca se sabe.