Un regreso repleto de fe

La Virgen de la Sierra regresó ayer a su santuario tras su estancia de un mes en la localidad egabrense. Antes de las primeras luces del día la comitiva peregrina partía de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles con rumbo al Picacho, no sin antes transitar por algunas de las calles de la localidad haciendo paradas obligatorias en el Hogar de Ancianos y en la Parroquia de San Francisco Y San Rodrigo donde se le cantaba la Salve Popular y, tras ella, el alcalde de Cabra, Fernando Priego (PP), retiraba la vara que nombra a la patrona alcaldesa perpetua de la ciudad y le hizo entrega de un ramo de flores. En torno a las 11.20 horas, los costaleros depositaron las andas de viaje que portan a la Serrana en el Altar Mayor del Santuario. Atrás quedaron momentos de flaqueza, dificultad y fatiga de los peregrinos que desde la localidad quisieron acompañar a su Patrona por el camino viejo en los ocho kilómetros de subida.

Por su parte, la Patrona de Belalcázar, la Virgen de la Alcantarilla, abandonó ayer el pueblo para descansar en su ermita durante el invierno, hasta que los vecinos de la localidad de Los Pedroches, vuelvan a ir, allá por la primavera, para traerla al municipio del que regenta el patronazgo. Sobre las 8.00 horas salió de la Iglesia de Santiago el Mayor rodeada por un puñado de centenares de fieles del municipio, que durante todo el camino hacia su santuario, unos 20 kilómetros de caminata, cantaron vítores a la virgen, mezclados con el sonido de la pólvora y las salves, que algunos vecinos, entonaban en los puntos que marca la tradición.

Y cuando el sol marcaba el medio día llegaba, arropada por sus vecinos, al santuario de Nuestra Señora de Gracia de Alcantarilla, en el término municipal de Monterrubio de la Serena, y donde ya aguarda a la primavera para volver a su pueblo.