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Clase media «low cost»
Nos agarramos a los primeros síntomas de recuperación real de la economía como a clavo ardiendo
joan carles valero
Nos agarramos a los primeros síntomas de recuperación real de la economía como a clavo ardiendo. Las esperanzadoras cifras de crecimiento del PIB, de la inversión en bienes y equipos en las empresas y de renovación de los electrodomésticos en los hogares, indican que la ... recesión ha finalizado. Pero ayer recordó en Barcelona Javier Campo, presidente de AECOC, la mayor asociación de fabricantes y distribuidores de gran consumo de España, que las muestras de recuperación son aún tímidas. De modo que todas las medidas gubernamentales deberían ir encaminadas a consolidar este proceso que pasa, inexorablemente, por la recuperación de la confianza del consumidor como paso previo a la reactivación del consumo. De ahí que una subida del IVA de los productos alimenticios del 10 al 21% sería un torpedo en la línea de flotación de la economía cuando empieza a reflotar.
Aunque el consumidor regrese, lo hace con otra actitud. Primero, porque superada la exuberancia irracional en la que vivimos los felices inicios de este siglo que nos permitía, e incluso fomentaba, el crédito fácil; ya nada va a ser igual. Luego, porque estamos muchísimo más informados e incluso se consulta la Red desde el mismísimo lineal del supermercado.
El profesor José Luis Nueno ha escrito para AECOC «El regreso del consumidor», obra en la que responde a preguntas como ¿por qué la distribución de la renta y la desigualdad son hoy tan agudas?, ¿qué consecuencias tiene para el consumo el empobrecimiento de la clase media? o ¿qué papel jugarán las marcas y las tiendas? El experto asegura que el consumidor regresa fundamentalmente para reponer, renovar y finalmente, para premiarse. Renovar el equipamiento del hogar y el automóvil, que con el permiso de la obsolescencia programada, han tenido un uso demasiado prolongado durante la crisis; reponer los nuevos bienes de consumo ordinario y también premiarse con compras prescindibles pero que cubren nuevas necesidades, como «tablets» y «smartphones».
Pero Nueno también concluye que la economía del «low cost» ha venido para quedarse y satisfacer a una nueva clase media-baja que ha perdido poder adquisitivo. Un estudio británico rechaza por simplistas las tradicionales categorías de clases alta, media y trabajadora y las amplia a siete: El «precariado», trabajadores emergentes de los servicios, clase trabajadora , nuevos trabajadores pudientes, clase media establecida y la élite. Las tres primeras constituyen la clase media «low cost».
Clase media «low cost»
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