El imperio de Adelson crece mientras ultima Eurovegas

Entre las instalaciones que abren sus puertas destaca la primera de las dos torres que compondrán el lujoso Hotel Sheraton . Cuando la segunda torre empiece a funcionar a principios del próximo año, será no sólo el mayor hotel de Macao, sino el establecimiento más grande de dicha cadena al contar con 3.896 habitaciones. Además de disponer de un gran salón diáfano de 4.900 metros cuadrados para convenciones, incorporará numerosas tiendas de prestigiosas marcas, restaurantes internacionales y, cómo no, un casino.

El Sheraton se une así a los hoteles Conrad y Holiday Inn, que iniciaron la primera fase del proyecto en abril y también ofrecen sus propias “boutiques” y salas de juego. Frente a ellos se alza el majestuoso Venetian , que es desde 2007 el mayor casino de Macao gracias a sus 6.000 máquinas tragaperras y 800 mesas de juego. Construido a imagen y semejanza de su hermano de Las Vegas , dispone de un canal cubierto por donde medio centenar de góndolas recorren sus distintas galerías, cuyos locales comerciales están ocupados por 300 marcas de renombre y 30 restaurantes. Además de ofrecer 3.000 “suites” decoradas al más puro estilo veneciano , puede albergar eventos deportivos o musicales en el Cotai Arena, un estudio cubierto con 15.000 asientos por cuyo escenario ya han pasado Lady Gaga, Linkin Park, Beyoncé y The Police. Para actuaciones más reducidas existe un teatro con un aforo para 1.800 espectadores, donde antes representaba su espectáculo “Zaia” el famoso “Circo del Sol”.

Hasta ahora, Adelson ha invertido más de 8.000 millones de dólares (6.128 millones de euros) en reurbanizar esta zona de Macao, que antes estaba ocupada por el mar y separaba las islas de Taipa y Coloane. En total, los cinco hoteles del complejo sumarán 9.000 habitaciones, 120.000 metros cuadrados para convenciones y exposiciones, más de 600 tiendas de lujo y 57 restaurantes y bares internacionales.

“La inauguración del Hotel Sheraton representa otro hito en mi visión para la Franja de Cotai”, asegura Adelson en un comunicado de su compañía, Las Vegas Sands. Con este nuevo establecimiento, el magnate del juego se reafirma en su “compromiso para hacer de Macao un centro mundial del turismo y el ocio, así como el destino número uno de negocios y convenciones en Asia”.

Además, el proyecto de Adelson ha atraído a la Franja de Cotai otros casinos rivales, como el Galaxy o el City of Dreams, que acoge hoteles de las cadena Grand Hyatt, Crown y Hard Rock. Abiertos las 24 horas, diez de los 33 casinos de Macao ya se encuentran en esta zona urbanizada por el magnate estadounidense , cuya compañía también gestiona un ferry que trae a los turistas desde Hong Kong hasta una terminal situada frente al aeropuerto internacional.

En Macao, que ha hecho del juego su principal industria, casi la mitad de los 50.000 empleados en sus casinos dirigen las mesas y ruletas donde se reparte la suerte. Para proteger el empleo local, todos los crupieres deben ser macaenses en esta antigua colonia portuguesa sin apenas paro, donde trabajan 347.000 de sus 550.000 habitantes. Mientras el sueldo medio local se sitúa en torno a las 10.000 patacas (966 euros), un crupier gana unas 17.000 patacas (1.642 euros) y puede llegar a las 22.000 patacas (2.125 euros) si promociona al rango de supervisor.

Superando a Las Vegas, la industria del juego generó el año pasado 25.860 millones de euros en Macao, que recibió 28 millones de turistas porque es el único lugar de China donde está permitido apostar. Al amparo del extraordinario crecimiento del gigante asiático, los casinos han disparado la economía local , pero también la inflación, el precio de la vivienda y, lo que es más grave, la ludopatía.

Tras la devolución en 1999, el régimen chino liberalizó el juego dos años después y acabó con el monopolio que controlaba desde hacía cuatro décadas el anciano magnate Stanley Ho, propietario de la Sociedade de Jogos de Macao.

La apertura de este mercado, uno de los más boyantes al amparo del extraordinario crecimiento chino, supuso el desembarco de los grandes casinos de Las Vegas, que importaban una nueva fórmula basada en el “glamour”, los espectáculos musicales, las tiendas de lujo y el ocio familiar por encima del sórdido juego puro y duro que hasta entonces se estilaba en Macao. Precisamente, el primer casino americano en abrir sus puertas fue, en 2004, el Sands de Sheldon G. Adelson, que por aquel entonces era el mayor del mundo con 800 mesas de juego y mil máquinas tragaperras. Ocho años después, Adelson sigue revolucionando Macao.