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deportes en celuloide (V)

«Extraños en un tren»: un punto de partido interminable

Alfred Hitchcock desplegó sus dotes de maestro del suspense para filmar el partido de tenis más tenso de la historia del cine

«Extraños en un tren»: un punto de partido interminable

miguel muñoz

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En una escena de “Extraños en un tren”, Alfred Hitchcock enfoca a la grada que sigue un entrenamiento de tenis. Todas las cabezas giran continuamente, siguiendo con la mirada la trayectoria de la bola... excepto Bruno, el personaje interpretado por Robert Walker , que mantiene los ojos clavados el jugador que ocupa el banquillo: Guy Haines ( Farley Granger ), la nueva sensación del tenis británico. Unos pocos segundos de plano que al maestro del suspense la bastan para escenificar la obsesión que pilota el resto de la película:

Es solo el aperitivo. En uno de los últimos compases de “Extraños en un tren”, Hitchcock da rienda a toda su genialidad con el partido de tenis más tenso de la historia del celuloide. La situación: tras varios giros del argumento, Bruno, que ha asesinado a la esposa de Guy, pretende inculparle dejando su mechero en la escena del crimen. Guy lo sabe y pretende detenerle, pero antes tiene que jugar un partido de tenis. Retirarse despertaría sospechas, así que intenta ganarlo rápido.

Lo que sigue es un trepidante montaje paralelo , que muestra a Bruno caminando hacia la escena del crimen mientras Guy juega. A Bruno se le cae el mechero en una boca de drenaje, a Guy se le complica el encuentro ante un rival correoso... La cámara de Hitchcock enfoca insistentemente el reloj del campo. Los sucesivos planos en contrapicado del rostro de Guy lo desvelan cada vez más impaciente y sudoroso. La banda sonora de Dimitri Tiomkin acelera las pulsaciones. Los planos detalle muestran la mano de Bruno a través de las rejillas rozando con los dedos el mechero. La red detiene un raquetazo de Guy. El brazo de Bruno se atasca entre las rejillas...

Finalmente, dos golpes secos frenan la tensión. Bruno aprieta la mano en torno al mechero recuperado. Guy, con un “ace”, logra al fin rematar a su oponente. Bruno se incorpora y echa a correr con el mechero. Guy acude rápidamente a darle la mano a su rival, y sin despedirse del árbitro y el público, sale de escena. El filme culmina en la famosa secuencia del parque de atracciones .

Ningún deporte podía ilustrar tan bien como el tenis ese duelo de antagonistas. Cada uno solitario sobre su lado de la cancha, sin contacto físico, intentando asestar el golpe de gracia. Sin saber si será el definitivo o aún queda seguir peleando. Durante todo el partido no se hablan, no se dirigen la mirada, fingen que el otro no está allí. Es el caso de Guy. Aunque su antagonista no se encuentre sobre la cancha, sus manotazos deseperados buscando el mechero pueden asestarle un golpe más duro que el peor revés cruzado de Djokovic.

Ese es el estilo de Hitchcok. Bucear en la aparente normalidad . Mostrar como, entre el despreocupado público que circunda una pista de tenis, hay un hombre al borde del desastre. La próxima vez que vean uno de esos partidos en los que Federer trata de ganar en tiempo récord, desconfíen.

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