Para los ecologistas, «la inversión en cortafuegos es un despropósito»
Así los reflejan en sus alegaciones a varios planes de prevención de incendios
La alegaciones presentadas por Acció Ecologista-Agró -a las que se sumaron Comisiones Obreras y La Unió- a varios planes de prevención de incendios forestales de la Comunidad Valenciana muestran su rechazo absoluto a la creación de cortafuegos.
«La inversión en áreas cortafuegos constituyen un despropósito y un derroche de fondos públicos y pedimos que no se dedique dinero público para su ejecución y que se excluyan de este plan», indican en sus alegaciones estos tres grupos.
Zonas de pasto
Las áreas cortafuegos que rechazan los ecologistas favorece el pasto del ganado y la limpieza
La afectación sobre el paisaje, fauna, vegetación, suelo y el ecosistema forestal en su conjunto es la razón esgrimida por los ecologistas así como «el gran impacto visual negativo que compromete el desarrollo económico y social de las comarcas del interior para el turismo rural».
Las alegaciones a estos planes inciden, incluso, en que los cortafuegos «pueden incrementar la inflamabilidad y el riesgo de incendio».
Ante ello, la Conselleria de Gobernación, ahora, y anteriormente la de Medio Ambiente y Territorio, defendían la eficacia de los cortafuegos como una herramienta para la extinción que «por sí sola no impide el avance del fuego, pero sí reduce su intensidad al reducir la cantidad de combustible».
Ralentizar el fuego
La argumentación de los técnicos de la Generalitat se basa en que aunque se intenta no eliminar la vegetación de manera total, sí que se hace necesario «eliminar parte de la vegetación de arbustos e incluso parte de la arbórea» con la finalidad de impedir la continuidad vertical y horizontal del combustible «haciendo que se ralentice el fuego».
Defienden los técnicos, igualmente, que estas áreas sirven como punto de soporte y defensa de los efectivos de extinción y desde esta posición controlar el incendio.
En lo referente a la fauna en las áreas cortafuegos se crean zonas de pasto que benefician considerablemente tanto a la fauna salvaje como a la vuelta del ganado al monte y beneficia la presencia de la flora rara y muy rara en las áreas cortafuegos y en las fajas auxiliares.
Son cuestiones, todas ellas, que se han debatido y criticado en los incendios de Cortes de Pallás y Andilla donde se denunciaba el estado en el que están las montañas y que tienen su origen en la adopción de prácticas ecologistas que no se muestran efectivas.
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