Marcelinho fulmina al Real Madrid con un triple en el último suspiro

Nadie en el Palau creía ya en la victoria. A pesar de la remontada azulgrana —llegaron a ir perdiendo por 17 puntos en el tercer cuarto—, las cosas se habían puesto muy cuesta arriba para los de Xavi Pascual , que perdían por dos (78-80) a falta de 28 segundos y además no tenían la posesión del balón. Llull agotó el tiempo de posesión y lanzó con la esperanza de encontrar el aro o, en su defecto, unos brazos amigos que retuvieran la pelota hasta la bocina final. Lo encontró Marcelinho Huertas , inédito hasta el momento, y se lanzó como un poseso en busca de la canasta contraria. Cinco segundos de agonía en los que solo él creyó en un final feliz. Solo el brasileño sabía que ese lanzamiento iba a encontrar la red y a sellar un triunfo con el que el Barcelona nunca soñó.

El partido orbitaba en torno de la figura de Juan Carlos Navarro . El hombre decisivo del Barcelona y verdugo blanco en decenas de ocasiones. Renqueante por sus problemas en la planta del pie, el escolta había advertido que jugaría con dolor, pero que jugaría. Así lo había hecho en la Final Four de Estambul y también durante la postemporada doméstica, donde la debilidad de Lucentum y la fragilidad del Valencia Basket le habían permitido cierto alivio a la espera de empresas mayores. Esta, la única que le queda por delante al Barcelona, era la final contra el Real Madrid y ahí no podía fallar el capitán.

Xavi Pascual le dejó de inicio en el banquillo. La misma pauta que ha seguido durante casi todo el año, dosificando sus esfuerzos en función del partido. Apenas habían pasado cinco minutos y Navarro ya estaba sobre la pista, con el Barcelona sufriendo un vendaval que solo él podía frenar. En contra de lo que se esperaba, el Real Madrid encontró en la pintura la mejor forma de meterle mano al rival. Tomic aprovechaba las ayudas sobre los hombres pequeños para anotar con facilidad abrir las primeras diferencias en el marcador (15-20, min. 10).

Fue con la salida de Carroll , cuando el Madrid amasó sus gran ventaja. El americano encontró el aro con facilidad, bien arropado por sus compaeros, y llevó a los blancos al umbral de la victoria (43-60) mediado el tercer cuarto. Fue entonces cuando apareció Navarro (18 puntos en la segunda mitad). El resto es historia, la que escribió Marcelinho con un triple mágico.