El refugio griego de Guillermo y Máxima de Holanda

La elección de Grecia parece haberse vinculado con el hecho de que es un país miembro de la Unión Europea que está atravesando un periodo difícil; pero, en realidad, si las informaciones del diario holandés «Wolkskrant» son ciertas, la casa en cuestión era propiedad del famoso fotógrafo alemán Manfred Rieker que es quien se ha embolsado los cuatro millones y medio de euros que, según se valora, ha costado la propiedad.

El Príncipe Heredero Guillermo-Alejandro había puesto en venta la lujosa casa de Mozambique a causa del escándalo que había provocado en su día y se comprometió a informar al primer ministro en el momento en que la operación fuera cerrada. Según la prensa holandesa, aquella residencia salió a la venta por dos millones y medio de euros, pero no llegó a ser vendida debido a la baja en el mercado inmobiliario, por lo que ha sido entregada «por un precio simbólico» a la empresa que desarrolla la urbanización en la península de Machangulo, que cierra la bahía donde se encuentra la capital Maputo.

A diferencia de la residencia de Mozambique, en cuyo diseño participaron tanto el Príncipe como su esposa Máxima, en este caso se trata de un proyecto hecho a la medida de su anterior propietario. Rieker es famoso por su audacia estética. La casa se encuentra en el área de Kranidi, en el Peloponeso, cerca de Corinto, y tiene playa y embarcadero propios . Entre los vecinos de la zona, los Príncipes de la Casa de Orange pueden contar con el presidente ruso Vladimír Putin o el actor escocés Sean Connery.

Guillermo y Máxima querían una residencia de vacaciones en un lugar tranquilo, lejos de las brumas invernales de Holanda. El país de origen de la princesa, Argentina, hubiera sido un lugar ideal para ello a no ser por la sensación de inseguridad que provocaba a la Familia Real holandesa el desaforado interés de los compatriotas de la Princesa. A veces la Familia Real se ha trasladado a La Pampa a pasar las Navidades, puesto que el padre de Máxima no puede entrar en Holanda a causa de su pasado político vinculado a la dictadura militar.

Descartada Argentina, la idea de construir una residencia en Mozambique fue planeada en secreto en 2007 y de hecho los príncipes la llegaron a utilizar durante el pasado Mundial de futbol. Sin embargo, al hacerse público su coste, en la prensa llovieron los reproches por su coste y por las dudas de que esa construcción tuviese alguna repercusión beneficiosa para los mozambiqueños. Según el primer ministro holandés, Mark Rutte, el Príncipe «ha asumido las pérdidas financieras de la operación».