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BALONCESTO | NBA

Chamberlain: «Si no hubiera salido la noche anterior, habría conseguido 140 puntos»

Esta es la historia del partido en el que el mítico jugador de baloncesto consiguió 100 puntos, la máxima anotación personal en la historia de la NBA, jamás superada

Wilt Chamberlain: «Si no hubiera salido la noche anterior, podría haber llegado a los 140 puntos» AP

ISRAEL VIANA

Al jugador de la NBA Elgin Baylor le preguntaron, el 8 de diciembre de 1961, si estaba molesto por haber perdido su estratosférica marca de 71 puntos en un partido, pocos minutos después de que Wilt Chamberlain (1936-1999) se la arrebatara con 78. Su respuésta fue clara: «No. Un día el tipo anotará 100 puntos». Y no se equivocó. El mítico jugador de los Philadelphia Warriors no tardó ni tres meses en hacer realidad los vaticinios de su rival, anotando una centena de puntos ante los New York Knicks.

REUTERS

No hay que olvidar que tan solo en 10 ocasiones un jugador ha superado los 70 puntos en un partido de la mejor liga de baloncesto del mundo. Cuatro de ellas fueron conseguidas por Elgin Baylor (71 puntos en 1960), David Thompson (73 puntos en 1978), David Robinson (71 puntos en 1994) y Kobe Bryant (81 puntos en 2006). ¿Saben quién consiguió las seis restantes? Chamberlain, entre 1961 y 1963.

De aquellas marcas hubo una que destacó por encima de las demás: los famosos 100 puntos conseguidos obtenidos el 2 de marzo de 1962, pulverizando su anterior registro en más de 20 puntos.

Aquel día tan solo acudieron al Hersheypark Arena , en Pensilvania, unas 4.100 personas. Los Philadelphia Warriors de Chamberlain ya se habían clasificado para los «play-off» y el partido no tenía muchos alicientes. Ni tan siquiera fue televisado, por lo que aquellos pocos incautos no se imaginaban que estaban a punto de ver uno de los partidos más memorables de la historia del baloncesto mundial.

Más de 50 puntos por partido

¿Podrían hoy Kevin Duran, Lebron James, Kevin Love o Bobe Bryant meter 100 puntos en un partido? Parece imposible ni tan siquiera para Kobe Bryant, que ya en 2006 sorprendió al mundo llegando hasta esos 81 . Pero aquel Chamberlain era quizá el jugador más dominante de la historia del baloncesto, promediando aquella temporada más de 50 puntos y 25,7 rebotes por partido , y encabezando dos rachas de 14 partidos seguidos anotando más de 40 puntos. Una brutalidad, en una época en la que ni tan siquiera existía el triple: «Es tal la facilidad de encestar de este jugador que llegó a cansar a sus seguidores, que no sentían emoción alguna en su juego», aseguraba ABC en 1969 .

ABC

Phil Jordan se quedó fuera por lesión, por lo que toda la responsabilidad de defender a Chamberlain recayó sobre Darrall Imhoff, un pívot blanco de 23 años y 2,08 metros de estatura al que conocían como de «Big D».

Nada pudo hacer contra un Chamberlain que dos años antes, con 24, había aterrizado en la NBA procedente de los Harlem Globetrotters , como si estuviera predestinado a romper todos las marcas habidas y por haber. En su primera temporada en la NBA (1960) fue el máximo anotador de la liga (37,6 puntos y 27 rebotes por partido), el primer jugador de la historia en ser nombrado MVP y «Rookie» del año en la misma temporada y MVP del «All Star Game» (25 puntos y 27 rebotes). Gracias a él, su equipo pasó de ser el peor de su división a poseer el segundo mejor récord de la historia de la liga.

23 puntos en un cuarto y el ceño fruncido

Los Warriors comenzaron el partido dominando, con un 13-9 en el que los todos los puntos de su equipo fueron de Chamberlain . Pero tal era su ambición que, cuando terminó el primer cuarto con 23 puntos en su haber, aún tenía el ceño fruncido. Quería más.

F.P.

Los New York Knicks trataron de sacarle de sus casillas, intentando evitar por todos los medios que no le llegaran balones. Pero no había manera. Sus 2,16 metros de estatura y su enorme calidad propiciaron que al descanso (79-68) ya acumulara 41 puntos, más de la mitad de la anotación de todos sus compañeros juntos.

Durante el descanso, el entrenador de los Warriors, Frank McGuire (1914-1994), insistió a sus jugadores en que siguieran dándole la bola a Chamberlain . Y el público gritaba «¡dádsela a Wilt, dádsela a Wilt!».

«Me estaba saliendo todo»

En el tercer cuarto, hubo momentos en los que Chamberlain tenía hasta dos o tres defensores encima con una defensa bastante sucia, pero lo único que consiguieron es que se volviera loco. En 12 minutos anotó 28 puntos y puso a su equipo 21 arriba.

abc

Wilt ya sumaba 69 puntos y tenía al alcance de la mano batir su propia marca de 78 puntos lograda tres meses antes. «Me estaba saliendo todo, no hacia mas que batir récord tras récord. Tuve la sensación de que estaba en racha», declararía tiempo después.

Al inicio del último cuarto, Imhoff había sido expulsado por faltas y los Knicks ya no tenían ninguna esperanza en ganar, por lo que centraron todos sus esfuerzos en que Chamberlain no les avergonzara . Aguantaban el balón durante largos periodos de tiempo en una época en la que eso no se penalizaba. «Parecían dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de detenerme», contó.

A la búsqueda desesperada del punto 100

Wilt supero los 78 puntos cuando aún faltaban ocho minutos para el final. A falta de 2:30 ya sumaba 92. Después, a pesar del mal pase de Guy Rodgers, Wilt metió a tablero su punto 94. Una bandeja inmediatamente después puso su récord en 96 y, en la siguiente jugada, el base York Larese –que tan sólo jugó aquella temporada en la NBA– se cruzó la cancha corriendo hasta que lanzó un «alley oop» que Wilt no desaprovechó. Era el punto 98, quedaba 1:30 para el pitido final.

NEW YORK TIMES

Después de 44 segundos caóticos en los que Chamberlain falló tres lanzamientos a la desesperada , consiguió irse de sus dos defensores y recibir un pase. Cogió la bola cerca del aro y, mientras caía, cuando aún restaban 46 segundos, la lanzó hacia el tablero. La bola entró y la precidión de Baylor se hizo realidad, aúnque pareciera un sueño: «Un día el tipo anotará 100 puntos».

El día había llegado. El estadio explotó de júbilo y el público invadió la cancha fuera de sí. El partido tuvo que ser detenido durante nueve minutos hasta que la gente volvió a la grada para disputar los 46 segundos que quedaban.

Chamberlain cerraba una estadísticas que no se ha vuelto repetir en la historia de la NBA: 36 de 63 tiros de campo y 28 de 32 tiros libres . «No fue tan asombroso. Si no hubiera salido la noche anterior y hubiera dormido un poco más, podría haber llegado a los 140», sentenció. Pero jamás lo volvió a repetir. Ni él, ni nadie.

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