Fiebre «okupa»: ahora un mercado

Llevaban tres meses preparando la invasión de este espacio con el apoyo del Movimiento 15-M, especificaron ayer, aunque quisieron dejar claro que no pertenecían al mismo. «Todos somos jóvenes del barrio que hemos visto cómo año tras año desde 1996 no se ha hecho nada con esta instalación tras numerosas promesas políticas. Al final, siempre nos dan por respuesta que no hay dinero », explicaba Félix, uno de los portavoces de estos «okupas».

«No queremos residir aquí, sino que el edificio abra sus puertas a los vecinos para que puedan utilizarlo como quieran», apuntaba otro. Por lo pronto han prohibido el consumo de alcohol, de drogas y fiestas ruidosas en el interior —no quisieron determinar el número de gente—. «Queremos recuperar el sentimiento de barrio, la cultura popular fuera de directivas políticas, con participación en la búsqueda de un mundo fraternal y solidario», leyeron en público el día de la «okupación».

Esta semana se reunirán «en asamblea» para determinar la reforma que se puede acometer con donaciones , la seguridad de la infraestructura y el uso final de la nueva «okupación». «Tenemos claro que queremos que se puedan impartir talleres y clases de distintas materias, que haya un espacio para niños y para gente mayor».

El edificio de Montamarta pertenece al Ayuntamiento de Madrid. En la fachada permanece impoluto un cartel que el Consistorio colgó en 2007 en el que se anuncia que se va a dedicar el centro a «actividades de promoción de la salud», algo que no llega.

En 1996 se tapió todo el inmueble debido a que durante un año se convirtió en lo que los vecinos del barrio de Arcos denominaban «Hotel Drug». Un centenar de toxicómanos campaba a sus anchas haciendo la vida imposible a las familias de alrededor. Según recogía este diario el 26 de marzo de 1996, los drogodependientes robaban ropa a los vecinos, defecaban en la calle y dejaban las jeringuillas por doquier. Después de estos indeseados inquilinos, los ladrillos de clausura han permanecido intactos hasta el domingo 23.

«Si esta semana la gente del barrio nos traslada que no quiere nada con esta instalación, nos iremos», informaron. Los nuevos residentes del mercado protestan por los numerosos edificios públicos cerrados en el viejo distrito: «Es muy bonita toda la parte nueva. Nos han quitado el poblado gitano, sí, pero tenemos colegios cerrados, poca accesibilidad y muchas necesidades que no se cubren ».

Hay cerca de una veintena de Centros Sociales Autogestionados (CSO)en la región, o lo que es lo mismo: edificios «okupados» donde se realizan diversas actividades culturales. Tabacalera y Casablanca son los más emblemáticos en estos momentos.

Parece que ha subido la temperatura de la «fiebre okupa» desde que los «indignados» se hicieron con el control de la Puerta del Sol. Incluso el abandonado edificio del Tío Pepe sufrió un conato de «okupación» durante la invasión del kilómetro cero, aunque finalmente no tomaron posesión.

El futuro del mercado Montamarta se decidirá esta semana. Su objetivo, aseguran, ya lo han cumplido: «Hacer ruido».