Pamplona dice adiós a los sanfermines 2011
El alcalde, Enrique Maya, cita a los ciudadanos para el 6 de julio de 2012

Pamplona ya no está de fiesta… oficialmente. Con el tradicional cántico del Pobre de Mí, una plaza Consistorial abarrotada de pañuelos al aire y velas encendidas ha dicho adiós a los sanfermines 2011. Pero, a continuación, ha entonado el no menos popular Ya Falta Menos que recuerda que comienza la cuenta atrás para los sanfermines 2012.
Pese a ser la primera vez que el recién elegido alcalde de Pamplona, Enrique Maya, despedía los sanfermines, ha seguido la tradición y tras declarar finalizadas las fiestas, ha convocado a todos los ciudadanos a la misma plaza Consistorial para el próximo 6 de julio a las doce del mediodía.
Enrique Maya se ha dirigido a los miles de personas que llenaban por completo la plaza Consistorial y las calles aledañas casi con la misma energía con la anunció el inicio de las fiestas allá por el 6 de julio. Una vez en el interior del Ayuntamiento, con más calma, ha celebrados unas fiestas “magníficas” de las que ha destacado la ausencia de incidentes graves, el buen ambiente vivido, el respeto meteorológico y el excelente discurrir de los encierros.
Mañana será el momento de hacer un balance más exhaustivo y detenido de las fiestas, pero el alcalde se ha mostrado orgulloso de las fiestas y del comportamiento tanto de los pamploneses como de los foráneos que se han acercado hasta Pamplona a lo largo de los últimos nueve días.
De esta forma, se ponen fin a 204 horas de fiesta ininterrumpida que ha vivido la capital navarra. Mañana la ciudad se levantará todavía con la resaca de unos sanfermines recién concluidos, pero con las calles vacías de visitantes y de pamploneses que se han ido de vacaciones, los servicios de limpieza eliminarán los últimos restos de la juerga y los ciudadanos que se queden volverán a sus puestos de trabajo. Las lavadoras rendirán al máximo para limpiar las últimas prendas blancas y los pañuelos y fajas rojas para dejarlas perfectamente preparadas para los sanfermines del año que viene. Todo regresará a la normalidad y Pamplona volverá a ser una pequeña ciudad llena de encanto de apenas doscientos mil habitantes.
No obstante, por el casco antiguo de la ciudad, miles de personas se resisten a dar por finalizadas las fiestas y, al menos durante unas horas más, llenarán los bares en busca de esa copa con la que brindar por los mejores deseos para el próximo año, porque para muchos pamploneses, el cambio de año no lo marcan las campanadas de Nochevieja, sino el Chupinazo del 6 de julio.
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