Catalán y castellano
La moderación de Convergencia i Unió no debe ser solo un reclamo para pactar con unos u otros, según convenga
Cada vez que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, reclame al Gobierno central lealtad institucional y cumplimiento de las leyes para recibir más transferencias o dinero, deberá acordarse de la desobediencia que está protagonizando su ejecutivo a las sentencias del Tribunal Supremo que ordenan que el castellano sea lengua «vehicular» del sistema educativo en Cataluña, junto con el idioma catalán. La moderación de Convergencia i Unió no debe ser solo un reclamo para pactar con unos u otros, según convenga. También debería ser una actitud democrática sincera, incompatible con el incumplimiento de sentencias del más alto órgano jurisdiccional del Estado.
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