Ferraz aplaca a Griñán para no contaminar la campaña del 22-M

La Dirección Federal del PSOE se ha propuesto aplacar el enfado de José Antonio Griñán, para que la profunda crisis abierta en el socialismo andaluz no acabe afectando a su campaña electoral en toda España. Ferraz es consciente de que meses atrás, durante otro episodio de la guerra con su antecesor y actual presidente del partido, Manuel Chaves, Griñán ya amenazó con adelantar a este otoño las elecciones andaluzas, que anunció finalmente para el 4 de marzo de 2012. Su objetivo: legitimar en las urnas el poder que le niega la «vieja guardia» del socialismo andaluz. Griñán es consciente de que una parte relevante del PSOE andaluz le intenta forzar una crisis detrás de otra para justificar su relevo por otro candidato. De hecho, en círculos socialistas suena el nombre de la actual ministra de Agricultura y ex dirigente de IU, Rosa Aguilar, porque Griñán sigue en caída libre en los sondeos.

Fuentes socialistas explicaron ayer a ABC que tanto la decisión de Griñán de destituir al delegado de Gobernación en Cádiz, como la reacción del consejero, Luis Pizarro, dimitiendo, sorprendió a los otros dos referentes de la «viaje guardia», Chaves y el hoy secretario Federal de Política Autonómica, Gaspar Zarrías, almorzando en Ferraz. Estaban con el vicesecretario general, José Blanco, y el secretario de Organización, Marcelino Iglesias, tras la reunión semanal de la Ejecutiva Federal. Zapatero acababa de regresar a La Moncloa sin quedarse a la comida con la Federal.

Inmediatamente, la Dirección Federal se dio cuenta de la gravedad de lo sucedido, y Blanco e Iglesias se pusieron manos a la obra para apagar el incendio. Saben que detrás del episodio del «delegado destituido» hay una batalla de mucho más calado: el intento del secretario del PSOE de Cádiz, Francisco González Cabañas, con apoyo de Pizarro, de que el partido le nomine oficialmente como candidato a presidir la Diputación antes del 22-M. Y Griñán no quiere darle ese privilegio a los «pizarristas».

En la tarde del lunes, Blanco telefonea a Griñán y a la secretaria de Organización andaluza, Susana Díaz para transmitirles el apoyo de la Ejecutiva Federal a la dirección regional porque «no puedes desautorizar al secretario general del PSOE-A», explican las fuentes consultadas por este periódico. Por eso, a lo largo del día de ayer todo el PSOE, empezando por el propio Chaves, que hace tres semanas mantuvo una tensa reunión con su sucesor para cerrar la crisis de la Alcaldía de Jeréz, salió en público a apoyar a Griñán. «Pincha en hueso», declaró el presidente del PSOE, quien deduzca un enfrentamiento entre ambos. Eso no le impidió tener palabras de apoyo al otro gran protagonista, Luis Pizarro, al que define como «amigo y compañero», así como «un leal y eficaz colaborador».

En la rueda de prensa que ofreció en Ferraz para presentar la Guía de Campaña de los candidatos para el 22-M, José Blanco lanzó un mensaje de complicidad a Griñán y a Díaz. «No se lo están poniendo fácil», dijo, como no se lo pusieron a él cuando llegó en 2000 a la Secretaría de Organización del PSOE. De hecho, Griñán sufrió ayer tres dimisiones más: la del viceconsejero de Gobernación y Justicia, el gaditano José Antonio Gómez Periñán; y la de los directores generales de Administración Local, José María Reguera, y de Espectáculos Públicos y Juego, Manuel Brenes, en solidaridad con Pizarro.

Por su parte, el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba afirmó que su «impresión» y «deseo» es que Griñán va a ser el candidato del PSOE-A a la Junta y que las elecciones se van a celebrar el 4 de marzo, como él anunció meses atrás. Sin embargo, y pese a ese mensaje de aparente tranquilidad que lanza el PSOE, en sectores del socialismo andaluz cunde el desánimo y crecen los rumores de adelanto electoral.