Suscribete a
ABC Premium

LA TERCERA

Los Goya, sin red

«La ceremonia de los Premios Goya ni se inmuta: se “baja”o se “descarga” a sí misma cada año como si se hubiera mantenido en un recipiente digital “al vacío”»

POR E. RODRÍGUEZ MARCHANTE

COMO tantos otros años, lo mejor de esta última ceremonia de entrega de los Premios Goya es que ya pasó. Y pasó lo que tenía que pasar: que estuvieron todos (casi), que habló el presidente con voz de ex presidente, que ganó el que tenía ... que ganar y perdieron los que tenían que perder, que la gala se alargó y se espesó tanto que al final de la velada, en el momento de los grandes premios, no había ni tiempo ni ganas para prestarles más que los despojos y saldos de nuestra atención… Así son los Goya y, en general, la vida: solemos embobarnos en lo accesorio y cuando llega lo sustancial no hay modo de estar bien despierto. Algunas frases del discurso de Álex de la Iglesia , algún chiste de Buenafuente o de Santiago Segura , la genuina sencillez del ganador, Agustí Villaronga , la alegría a veces tan aparentemente dolorosa y descontrolada de algunos premiados, sus padecimientos en la palestra y su letanía de gracias y cariños… En fin, nunca queda gran cosa de esta ceremonia para el que sólo mira.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia