2013: Vuelta al mundo en un avión solar

El aeroplano del «Solar Impulse» posee unas células fotovoltaicas solares que dan electricidad a los cuatro motores de los que dispone. Además, las placas solares funcionan de día y recargan las baterías de litio para viajar por la noche.

64

metros de longitud es la medida de las alas del aeroplano solar.

9.000

metros de altura son los que puede alcanzar, como máximo, la nave.

Piccard nació en marzo de 1958, en Suiza. Doctorado en medicina, está especializado en psiquiatría y psicoterapia. Fue ganador de la primera carrera de globo trasatlántico en 1992. Embajador de la UNFPA e iniciador del «Solar Impulse».

kilos pesa este avión que ya ha realizado un viaje transoceánico, de noche y de día. Según su creador, Bertrand Piccard, la nave que se está construyendo para dar la vuelta al mundo en 2013 tendrá el mismo peso que un coche convencional.

1.600

MIKEL PONCE

Un avión equipado con células fotovoltaicas solares será capaz de dar la vuelta al mundo sin necesidad de utilizar combustibles fósiles el año 2013. Bertrand Piccard es el impulsor de este aeroplano que surge como consecuencia del proyecto «Solar Impulse», con el que pretende «mentalizar a las personas sobre el uso de las energías fotovoltaicas», según recalcó su inventor ayer tras la conferencia que ofreció en Feria Valencia.

La V Conferencia Mundial sobre Conversión de Energía Fotovoltaica (WCPEC) y la 25ª Conferencia y Feria Europea de Energía Solar se aloja esta semana —hasta el próximo viernes— en Valencia, tras doce años sin celebrarse en Europa. Después de que Viena albergase este evento en su segunda edición, este año llega a Feria Valencia, donde se congregarán los mayores científicos de energía fotovoltaica del mundo.

La conferencia que más interés suscitó ayer fue la del presidente del proyecto «Solar Impulse» que centra sus esfuerzos en el desarrollo de un avión que funciona con células fotovoltaicas solares. En 2003, Piccard y su equipo pusieron en marcha este proyecto que permitiría dar la vuelta al mundo a bordo de una nave cuyo motor funcionara únicamente con energía solar. En un primer momento de la investigación, los científicos del «Solar Impulse» pensaron que para 2009 ya podían recorrer el planeta a bordo de este aeroplano. Sin embargo, el doctor Bertrand Piccard anunció ayer que hasta 2013 no podrá ejecutarse. El científico apuntó que en la actualidad ya existe «un avión terminado con el que han cruzado el Atlántico. Durante el día vuela con energía solar y por la noche funciona con las baterías de litio que se han cargado por el día y dan electricidad a los motores. Ahora queremos construir un segundo avión que pueda dar la vuelta al mundo». Sin embargo, Piccard explicó que el objetivo no es destinar su uso a la aviación comercial, sino que pretende revolucionar el pensamiento social acerca de la necesidad de descentralizar el uso de las renovables.

Futuro de la fotovoltaica

Según los expertos que se dieron cita en el recinto congresual de Feria Valencia, el futuro de la energía fotovoltaica se centra en la producción y consumo horizontal. Se prevé un mercado en el que los usuarios sean, al mismo tiempo, productores de la energía y viceversa. Los principales referentes internacionales en la materia coincidieron en la necesidad de este tipo de energía para favorecer el entorno medioambiental. En el caso de la aviación, la directora del departamento de Eficiencia Energética e Innovación de la Comisión Europea, Marie Donnelly, comentó que si bien parece imposible que una nave funcione en su totalidad con energía solar, sí podría contemplarse el uso de esta energía para determinados mecanismos fotovoltaicos. De este modo, se limitarían las emisiones de dióxido de carbono, inevitables con los combustibles fósiles.

Tras el extenso debate que se abrió en torno al cuidado del medioambiente, los ponentes del primer día de Congreso coincidieron en que el mercado energético esté condicionado por las subvenciones e incentivos gubernamentales, asunto que lamentaron. Asimismo, aseguraron que trabajan para endurecer sus políticas de desarrollo y para alcanzar los niveles de progreso de China. En este sentido, Donnelly matizó que los chinos superan a los europeos en producción e inversión pero no en innovación.