La nueva «superbacteria» se extiende ya por siete países
El CDC europeo confirma casos en Bélgica, Reino Unido Holanda y Alemania
N. RAMÍREZ DE CASTRO
La alarma la dio hace dos semanas la Sociedad Europea de Enfermedades Infecciosas y un estudio publicado en la revista «The Lancet»: una peligrosa mutación que convierte a las bacterias que la portan en resistentes a casi todos los antibióticos se extiende desde la India ... y Pakistán hacia Europa. Esa misma mutación, NDM-1, se detectó en 2008 en un paciente sueco que viajó a Nueva Delhi (India) para someterse a una operación de cirugía estética y regresó al Reino Unido. El estudio demostraba que no era un caso aislado y que los microorganismos resistentes habían afectado a otros viajeros de Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá y Holanda.
La alerta provocó la protesta del Gobierno indio que acusó a la revista médica de desprestigiar la sanidad india. Ahora el Centro Europeo para el Control de las Enfermedades (ECDC) ha confirmado la amenaza de la nueva «superbacteria» y su propagación por Europa. A los casos detectados en el Reino Unido y Holanda, añade nuevos en Alemania y Bélgica, este último con consecuencias fatales. El caso mortal ocurrido en junio fue el de un paquistaní residente en Bruselas que sufrió un accidente de tráfico durante un viaje a su país de origen y presentaba una importante herida. En España no consta la presencia de esta nueva bacteria rebelde a los antibióticos, según el Instituto de Salud Carlos III.
Fuera del continente europeo, la «superbacteria» se ha identificado en tres pacientes en Australia, además de en Canadá y en Estados Unidos, según el último balance del CDC europeo. Este organismo ha empezado a vigilar de cerca la transmisión de la infección en colaboración con los institutos de salud pública del continente.
A las autoridades sanitarias les preocupa su llegada a los hospitales. Las bacterias con el gen NDM-1 son resistentes incluso a un tipo de antibiótico llamado carbapenemos, utilizados por vía intravenosa como la última alternativa cuando otros antibióticos han fallado. Su presencia en un hospital, con pacientes bajos de defensas, heridas y catéteres, puede provocar la aparición de brotes difíciles de combatir. «La resistencia en sí misma no supone un problema para una persona, el problema es que se trate de un paciente débil y no tengamos un antibiótico eficaz para tratarlo», explica Jesús Mingorance, director del Grupo de Microbiología Molecular del Instituto de Investigación del Hospital La Paz, de Madrid.
Rápida difusión
Otro motivo de preocupación es que el gen fue descubierto en plásmidos, pedazos de ADN móvil que le permiten saltar con facilidad de una bacteria a otra. «Esta posibilidad puede facilitar su rápida difusión entre la población», advierte el organismo europeo de control de enfermedades.
La mayoría de los casos detectados en el Reino Unido cuenta con un historial de tratamientos médicos en la India o Pakistán. Habían acudido a los hospitales asiáticos por varias razones, desde urgencias sanitarias a cirugías programadas para reducir los costes de los tratamientos en su país de origen o porque así podían saltarse las listas de espera. En muchos casos, se trataba de operaciones de trasplante y, sobre todo, de operaciones de cirugía estética, más económicas.
Algunos expertos como Johann Pitout, de la Universidad de Calgary en Canadá, ya ha propuesto que los pacientes que se traten en India o Pakistán sean sometidos a su llegada a los hospitales a análisis para buscar la presencia de bacterias multiresistentes. El turismo sanitario necesita mayor control. «Si esta amenaza emergente es ignorada, más pronto o más tarde la comunidad médica se enfrentará a un grave problema de salud pública», advierte.
Antibióticos con prudencia
De la misma opinión es Rafael Cantón, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Ramón y Cajal de madrid. «No existe una recomendación taxativa, pero se suelen tomar precauciones con los pacientes tratados fuera del país». Para Cantón, no hay motivo para lanzar una alarma social, aunque sí para preocuparse del incremento de las resistencias a los antibióticos. «Las bacterias tienden a adquirir mecanismos de resistencia. Ahí no podemos hacer nada, pero en nuestra mano está el minimizar el problema haciendo un uso responsable de los antibióticos».
Las resistencias aumentan a un ritmo mayor al que la industria farmacéutica encuentra nuevos antibióticos para ampliar su arsenal terapéutico. Los antibióticos que están ahora en la línea de investigación tampoco garantizan su eficacia.
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