«Evidentemente es un golpe bajo, pero no un golpe definitivo para la Fiesta»

—¿Qué le parece la iniciativa de Cataluña de prohibir los toros?

—Era como una muerte anunciada, pero me parece una barbaridad, sobre todo, porque es un tema absolutamente político. Yo creo que los catalanes en realidad no están en esa tesitura, pero el Parlamento ha decidido así, aunque se puede recurrir e imagino que esto se moderará. Esto es una decisión aboslutamente política y, a mi modo de entender, tremendamente equivocada.

—¿Teme que se pueda extender a otras comunidades o cree que se para en Cataluña?

—Creo que se parará en Cataluña. No sé si puede haber alguna vinculación con Baleares, pero, en principio, en los demás sitios, no creo que haya políticos que tengan valor de hacer esta propuesta. Tengo muy claro que es una decisión absolutamente política y, en el momento que el PSOE dio libertad de voto, tenía claro que se iba a prohibir.

—¿Por qué cree que se ha decidido prohibir, por el maltrato animal o tiene claro que es un motivo político?

—Únicamente es un tema político para desvincular Cataluña de España, de todo lo que suena a español. Es la única razón por la que han decidido prohibir los toros y como prueba ahí tenemos los «correbous», que no se han tocado. Porque a los políticos, los toros, normalmente, les dan exactamente igual y, sin embargo, lo utilizan como un vehículo transmisor para hacer política y para captar votos, única y exclusivamente.

—Esto se suma a la crisis que, como a todos, también afecta al sector taurino. ¿Es una puntilla más?

—Sí, efectivamente, porque el número de corridas de toros que se hacen en Barcelona no es excesivo, pero sí importante. Ya no es un motivo de que los toros se prohiban en Cataluña, sino que tal y como está ahora la fiesta de los toros en España, acosada por una crisis enorme, donde las entradas de los toros son un espectáculo caro al que la gente asiste, pero no tanto como el año pasado, evidentemente, es un golpe bajo, pero no un golpe definitivo.

—¿Cómo defendería la Fiesta?

—Haciendo una promoción como Dios manda. La Fiesta tienen que tener unos mecanismos de promoción, desvinculándola del Ministerio del Interior, porque donde tiene que estar es en Cultura. La promocionaría aplicándo un IVA igual que a los demás espectáculos porque es inconcebible que pague el 18 por ciento, cuando en los demás espectáculos, ya sea cine, teatro, danza o fútbol, el IVA es reducido. También haría una campaña de conocimiento de la fiesta de los toros, de los toros en el campo... Pero siempre desde el Ministerio de Cultura, que es donde debe estar, no en Interior.

—¿Los toros bravos tienen contados los días ante esta situación?

—Estoy absolutamente seguro de que no tienen los días contados. ¡Ni muchísimo menos! A lo mejor habrá algún retoque, pero, desde luego, estoy convencido de que voy a seguir viendo toros durante toda mi vida.

—¿Concibe las fiestas en Castilla y León sin toros?

—No, ni las de Castilla y León ni las del resto de España. Ahora mismo, ciñéndonos a Castilla y León, en aquellos pueblos en los que no se dan espectáculos taurinos, las fiestas han decaído de una forma tan brutal que prácticamente no hay fiestas; sin embargo, en los que hay alguna fiesta relacionada con los toros, las fiestas existen. Por lo tanto, Castilla sin los toros ni se me ha pasado por la imaginación.