Abuelos para todo
El 49 por ciento de las personas mayores cuidan a diario de sus nietos. Los expertos opinan que si se hace bien el beneficio es mutuo, ya que ayuda a fortalecer el vínculo familiar y les hace sentir muy útiles
Siete de cada diez abuelos españoles cuidan o han cuidado a sus nietos, mientras que el 49 por ciento lo hace de forma diaria. Así lo hacía público la semana pasada el Ministerio de Sanidad y Política Social en su «Encuesta sobre personas mayores 2010» ... realizada por el Imserso, un diagnóstico de una sociedad en la que nuestros mayores ocupan un lugar sobresaliente. «Si todos los abuelos de España se pusieran en huelga de brazos caídos, el país se colapsaría». Paulino Castells no puede radiografiar mejor la realidad. Para este psiquiatra infantil y juvenil, autor de «Queridos abuelos», nuestros mayores son piezas insustituibles del núcleo social.
Si bien España ha sido siempre un país de fuerte apego entre generaciones, la incorporación masiva de la mujer al trabajo y la llegada de una crisis económica de gran magnitud han potenciado los lazos de dependencia entre padres e hijos. Un dato que confirma el informe sobre «Matrimonios y Parejas Jóvenes», patrocinado por la Fundación SM, que señala que el 85 por ciento de los encuestados creen que podrían contar con sus familiares para cuidar los niños en caso de necesitarlo.
«La familia tiene incluso mayor protagonismo hoy que cuando la sociedad era más tradicional. No finaliza su papel con el apoyo por el retraso en la edad de emancipación de los hijos y por la muy frecuente necesidad de aportar ayudas a la adquisición de la vivienda. Los abuelos son quienes asumen las dificultades de la vida cotidiana: las enfermedades, las gestiones burocráticas, llevar a los nietos a la escuela o atenderlos en las vacaciones. En España, el verdadero Ministerio de Asuntos Sociales es la familia», sostiene el sociólogo Julio Iglesias de Ussel.
La misión altruista y totalmente entregada de los abuelos tiene efectos positivos «en dos direcciones -detalla Castells-, por un lado, fortalece el vínculo familiar y enriquece el universo de los niños y, al mismo tiempo sirve para que nuestros mayores descarguen una importante cantidad de adrenalina; en realidad ¡no hay mejor antiaging que cuidar a los nietos!», afirma el psiquiatra.
Mediadores ideales
El super-abuelo siempre está dispuesto, no tiene el «no» en su vocabulario y ejerce la «solidaridad de subsistencia» con su prole. Además de la ayuda que dispensan a los padres, los abuelos son el mediador ideal ente los progenitores y los niños. «El abuelo no tiene que educar, esa es función de los padres; además, ofrece al niño una visión complementaria y enriquecedora del mundo, ofreciéndoles recursos para afrontar la vida», explica Castells. Pero para que la convivencia sea ideal, padres y abuelos tienen que cumplir una serie de normas entre las que destaca, según el psiquiatra, una actitud de respeto mutuo. «Los abuelos no tienen que inmiscuirse en el desarrollo de la vida cotidiana de la familia, y acudir sólo cuando son requeridos».
Según los últimos datos publicados la semana pasada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), sólo el 16 por ciento de las familias residentes en España tiene acceso a una guardería pública. Una investigación del Institute of Education, publicada en 2009 por el «Journal of Social Policy», evaluaba las ventajas e inconvenientes de ambas opciones para el desarrollo del bebé. Para ello, los investigadores estudiaron los casos de 4.800 niños británicos a la edad de tres años. En la muestra se comparaban los casos de niños que a los nueve meses ya asistían a escuelas infantiles con aquellos que a esa edad eran atendidos principalmente por sus abuelos.
Los resultados apuntan que los pequeños que habían asistido a guarderías estaban ligeramente más entrenados para comenzar la educación infantil, pues destacaban en algunas aptitudes cognitivas, como contar o identificar formas, colores, números y letras, que aquellos que habían estado con sus abuelos.
En contrapartida, estos últimos tenían mayor facilidad en la expresión verbal, lo cual estaría justificado, según los investigadores, por la atención personalizada que habían recibido en comparación a los bebés de las guarderías. El informe concluye que los abuelos dedican más tiempo a los niños, no sólo para sentarse a hablar con ellos, sino también para corregir sus errores y ayudarles a mejorar. No obstante, el estudio sugiere que esta dedicación exclusiva de los abuelos podría provocar que los pequeños se relacionaran menos con otros de su misma edad y con personas en general, propiciando de manera indirecta un carácter más reservado.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete