Mueren cuatro soldados españoles en un accidente de helicóptero en Haití

Horas después, un portavoz de Naciones Unidas confirmaba el fallecimiento de los cuatro militares españoles, cuyos cadáveres fueron encontrados por efectivos del Ejército de Estados Unidos.

En el accidente, según Defensa, fallecieron Luis Fernando Torija Sagospe , comandante del Cuerpo de Intendencia, de 44 años, natural de Madrid, casado y con dos hijos; Francisco Forne Calderón , teniente de Infantería de Marina, de 37 años, natural de Barcelona, casado y con tres hijos; Manuel Dormido Garrosa , alférez de navío, de 35 años, natural de Valencia, casado y con un hijo, y Eusebio Villatoro Costa , cabo mayor de Infantería de Marina, de 41 años, natural de Cádiz, casado y sin hijos.

«Daños enormes»

La aeronave, un AB-212 de origen italiano, pertenecía a la dotación del buque de asalto anfibio «Castilla», hasta donde estaba previsto que serían trasladados los cadáveres en cuanto fueran rescatados. Un portavoz de la Misión de la ONU para la Estabilización de Haití (Minustah) indicó a Ep que un helicóptero chileno de esta misión avistó el lugar del impacto y explicó que los daños «han sido enormes». Las mismas fuentes precisaron que los militares estadounidenses que hallaron los cadáveres permanecían al cierre de esta edición en la zona a la espera de la llegada de un equipo de investigación.

Fuentes de la Embajada española indicaron que la zona donde cayó el aparato es un lugar de muy difícil acceso, lo que podría retrasar las labores de rescate.

El contingente español está compuesto por unos 450 militares entre la tripulación del «Castilla», infantes de marina para garantizar la seguridad, zapadores para labores de reconstrucción y un equipo médico reforzado para ayudar a la población local. Desplegado en la provincia de Petir Goave —a 70 kilómetros de la capital, Puerto Príncipe— desde el 5 de febrero, estaba previsto que regresara a España a primeros de mayo, una vez que había desarrollado una ardua tarea de demolición de edificios en ruinas, reconstrucción de otros como el hospital de la zona, reapertura de calles, reparación del suministro de luz y abastecimiento de agua potable.

El equipo médico del «Castilla» había llevado a cabo una campaña de vacunación de los habitantes de la provincia —fundamental para evitar epidemias después del terremoto— y formado a un grupo de enfermeras locales para que siguieran con esa labor una vez que se retiraran los españoles.

Según los datos de la Armada, desde el día 1 de marzo, el contingente español había vacunado a un total de 15.709 personas (18.789 vacunas en total) en 17 campos de desplazados, situados dentro del núcleo urbano de Petit Goave y en localidades próximas de difícil acceso.

El plan incluía como una de sus primeras prioridades la vacunación de los campos de desplazados que aparecieron a consecuencia del terremoto, por las pésimas condiciones de salubridad y hacinamiento. El objetivo era evitar los efectos de enfermedades contagiosas mediante la vacunación de al menos un 95% de las personas acogidas a los mismos.