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Un español con vergüenza

ES mucho más insólito que un gato con dos cabezas o una gallina con tres patas. Como que estoy por escribir al Libro Guinness de los Récords para que inscriban este caso tan curioso. Ha acaecido en Paradas, pueblo de suyo bastante insólito. Allí fue ... donde hubo un alcalde liberal, José Gómez Salvago, que fue el precursor de la memoria histórica, y en plena dictadura de Franco, que es cuando tenía mérito, no ahora. Así que, ¡oído cocina, que marchen dos para el Guinness! Gómez Salvago era poeta y amigo de los poetas. Tanto, que ejerció de Zorrilla en el entierro de Joaquín Romero Murube. Zorrilla debutó con caballos leyendo unos versos en el entierro de Larra y a Gómez Salvago lo conocieron algunos cuando dábamos tierra al autor de «Tierra y Canción». Gómez Salvago leyó unos versos del poeta mientras enterraban a Romero Murube. Era el único de los presentes que se fue al cementerio con un libro de Joaquín Romero puesto. Se adelantó a la tumba, abrió el libro, y en un silencio de marisma y Roma, como a la medida de quien llevaba a la ciudad en los labios, Gómez Salvago leyó una canción del poeta que nos dejaba: «Señores, tengo una novia/en el aire de Sevilla».

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