El «gran plan» de Miley Cyrus
Un documental proyectado en Estados Unidos demuestra que los escándalos de la cantante forman parte de una estrategia
El «gran plan» de Miley Cyrus
A lo largo del nuevo documental, Cyrus se deja ver como una joven ambiciosa y perfeccionista que no da puntada sin hilo en lo que se refiere a su carrera profesional. La cantante deja patente cada uno de sus movimientos forman parte de «un gran plan» . «Mi actuación fue un desmadre subido de tono, pero fue un desmadre estratégicamente subido de tono », aclara Cyrus.
El equipo de MTv comenzó a grabar a Miley cuatro meses antes de la mencionada noche y no terminó de recopilar material hasta un par de semanas después de la gala. En esa última reunión el equipo de MTv, liderado por el director Paul Bozymowski, conversó con Cyrus sobre la acogida que su actuación había tenido. Cyrus hizo una valoración descarada, pero muy sensata y aguda sobre el impacto de su trabajo. «No presto atención a lo negativo», apunta la cantante, quien reconoce que ahora mismo se considera «afortunada» por encontrarse en una posición en la que no necesita esforzarse para encajar. «Tengo la libertad de hacer lo que me dé la gana porque la gente confía en mí », comenta Cyrus. « Ahora puedo ser la mala perra que realmente soy ».
Estrella desde abajo
El documental deja claro que Cyrus dejó hace años de ser la dulce protagonista de «Hanna Montana», una serie de Disney en la que su personaje, una adolescente que lleva una doble vida como estudiante de instituto y cantante de pop, proclamaba disfrutar de «lo mejor de los dos mundos». La nueva cinta parece querer defender que ese es precisamente el caso de Cyrus. «Miley sabe diferenciar lo que es espectáculo de lo que conforma su vida privada», explica su madre y manager, Tish Cyrus. Según Tish, la causa de esta habilidad es que Miley es hija de uno de los cantantes de country más populares de los 90, Billy Ray Cyrus, así que aprendió con naturalidad que en la vida de una estrella de la música para brillar hay que trabajar duro y tener los pies en la tierra.
Otra prueba a favor de la madurez de Cyrus puede verse en la forma en la que la cantante racionaliza su condición de ídolo , algo que hace sirviéndose de la figura de la también una vez controvertida cantante Britney Spears. Cyrus explica que lo que ella significa hoy para millones de niñas, para ella un día lo fue Britney Spears, una cantante con la que además colabora en su último disco. Con esa sencilla comparación Cyrus deja entrever que el haber estado en los dos lados de una idolatría –haber sido primero sujeto y ahora objeto– le hace comprender este fenómeno con profundidad.
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