Y es que, aunque la mayoría del dinero destinado al proyecto procedería, en principio, del bolsillo de Musk, el ejecutivo está buscando apoyarse en el músculo financiero de otros inversores.
El problema, de acuerdo con el medio estadounidense, seguiría siendo la desconfianza de Musk en las cifras aportadas por Twitter sobre el número de cuentas falsas y bots de 'spam' que pululan por la red social. A pesar del enorme flujo de datos compartido con el magnate por la plataforma, este y su equipo siguen pensando que «no tienen suficiente información para evaluar las perspectivas de Twitter como negocio».
El 'Post' apunta que es previsible que, próximamente, el empresario «tome medidas potencialmente drásticas». No esta claro si esto implica una revisión del acuerdo, en el que se buscaría rebajar el precio de compra de la red social, o, directamente, la retirada de la oferta, lo que, probablemente, provocaría que el magnate tuviese que indemnizar a la plataforma con un pago próximo a los 1.000 millones de dólares.
Pérdida de valor
El número de cuentas falsas no sería la única razón por la que Musk estaría tentado de revisar el trato. El precio de las acciones de Twitter ha caído drásticamente desde que se hizo público el acuerdo de compra. Si, por entonces, la red social tenía un precio inferior al acordado por el magnate, ahora este se encuentra todavía por debajo.
En concreto, el dueño de empresas como Tesla o SpaceX acordó pagar 54,20 dólares por acción; el precio actual se encuentra fijado en los 38,80 dólares.
La caída en la cotización se debe, de acuerdo con un grupo de accionistas minoritario que, recientemente, presentó una demanda contra el empresario, a los comentarios realizados por este en público en los que se queja de falta de transparencia respecto al trabajo de la plataforma a la hora de limpiar las cuentas de 'spam' que funcionan en su interior.
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