Los inútiles mapas falsos de la URSS
Durante más de medio siglo, los servicios secretos rusos elaboraron planos erróneos para tratar de confundir a sus enemigos
Los inútiles mapas falsos de la URSS
Gracias a la información proporcionada por los satélites y a proyectos como los mapas desarrollados por los buscadores Google o Bing , en la actualidad es sumamente sencillo conocer exactamente cómo es casi cualquier lugar del mundo. Sin embargo, hasta hace unos pocos años, para ... orientarse en un lugar desconocido era necesario fiarse de los planos elaborados por los servicios cartográficos oficiales de cada país.
Por ello, llama la atención que, en plena Guerra Fría, la policía secreta de la Unión Soviética ordenara a los cartógrafos nacionales falsear todos los mapas y planos de uso público del país. Según podemos leer en el blog «La brújula verde» , el objetivo de esta medida era prevenir hipotéticos bombardeos sobre enclaves estratégicos para el régimen comunista, además de confundir a los servicios de inteligencia occidentales.
Para lograrlo, ya desde finales de los años 30 del pasado siglo, se alteraba la localización de fronteras, accidentes geográficos e incluso calles en todos los mapas elaborados por los especialistas soviéticos. En un primer momento, la medida cumplió su propósito y dificultó las operaciones nazis durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, con el paso del tiempo, el perfeccionamiento de técnicas como la fotografía aérea convirtió estos esfuerzos en inútiles.
A pesar de ello, a lo largo de todos los años de Guerra Fría los servicios secretos rusos siguieron distorsionando todos los mapas de la URSS, con independencia de su escala o las zonas que representaran. Así, el plano de Moscú no incluía el edificio de la KGB, que estaba en la Plaza Dzerzhinski, pese a que todos los ciudadanos -y los espías extranjeros- sabían de sobra su ubicación, mientras que los de otras ciudades importantes omitían calles y avenidas importantes y los que se vendían al público no incluían la escala a la que estaban elaborados para que fuera más difícil calcular las distancias.
Esta decisión provocó las quejas de muchos ciudadanos , que veían cómo el entorno en el que vivían no era correctamente representado, mientras los escasos viajeros que visitaban la URSS se perdían por culpa de los datos erróneos de los mapas que usaban. Sin embargo, hasta 1991, con el fin de la era comunista, no se empezó a elaborar una cartografía de Rusia fiel a la realidad geográfica del país.
Lo paradójico de esta situación es que durante todo ese tiempo los planos elaborados por la CIA, con los que se orientaban los diplomáticos y periodistas estadounidenses destinados en Moscú, eran mucho más fiables que los dibujados por los rusos. Y, por supuesto, señalaban a la perfección dónde se encontraba la sede de la KGB.
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