Sam Altman, la cara de la inteligencia artificial, destituido como CEO de OpenAI

El consejo de administración no dio más detalles sobre las razones para la destitución de Altman. Tampoco el propio afectado, que reaccionó a la noticia poco después con un mensaje en X (la red social antes conocida como Twitter): «Me ha encantado el tiempo que he estado en OpenAI. Ha sido transformador para mí personalmente y espero que también un poco para el mundo», escribió. «Más adelante contaré más sobre lo que viene después».

La compañía también anunció que, mientras se desarrolla el proceso de búsqueda para un sucesor permanente, la hasta ahora directora tecnológica de OpenAI, Mira Murati, será la consejera delegada interina de la compañía. También como parte de esa transición, Greg Brockman dejará de ser presidente del consejo de administración y seguirá como presidente de OpenAI, bajo la dirección de Murati.

La decisión tomó por sorpresa al mundo tecnológico. La semana pasada, participó en la primera conferencia de OpenAI para desarrolladores y presentó nuevas mejoras en ChatGPT para competir con otras herramientas de gigantes como Google. Y, en la víspera, Altman participó en un acto en Oakland (California) sobre inteligencia artificial y el futuro de la creación artística, y no dio ninguna pista sobre la posibilidad de que fuera expulsado de la compañía. De hecho, dijo que OpenAI seguiría trabajando con artistas para asegurar su futuro.

Altman, de 38 años, ha sido la cara de la industria de la inteligencia artificial por su liderazgo en OpenAI. En 2015, fue uno de los fundadores de la compañía, con apoyo financiero de Elon Musk. Después, lideró la compañía, en la que el gigante Microsoft invirtió miles de millones de dólares, hasta el histórico lanzamiento el año pasado de ChatGPT, una herramienta que ha transformado sectores como el de la comunicación y el de la educación con la generación de textos e imágenes. La llegada de ChatGPT disparó el interés por la inteligencia artificial, el sector más en boga en el sector tecnológico y el que más financiación recibe.

El éxito de OpenAI ha sido descomunal. La plataforma tiene se acerca a los 200 millones de usuarios y el mes pasado se supo que estaba en conversaciones para una ronda de inversiones liderada por la firma Thrive Capital que situaría su valoración en 80.000 millones de dólares, lo que triplicaría su valor en menos de un año.

La figura de Altman ha ido más allá de dirigir OpenAI. De forma paralela al éxito de ChatGPT, el ejecutivo se convirtió en la gran personalidad de la inteligencia artificial. En comparecencias ante el Congreso de EE.UU. y otro órganos legislativos de todo el mundo, pronunció advertencias de los riesgos catastróficos de una inteligencia artificial desbocada y abogó por regulaciones que mitigaran esos riesgos.

El pasado mayo, Altman participó en un encuentro con el presidente de EE.UU., Joe Biden, sobre «progreso responsable» en la inteligencia artificial.