Los escándalos laborales, ecológicos y de los Derechos Humanos de Apple

Pero las irregularidades siguen afectando de forma grave al fabricante; Apple ha tenido que admitir que, en sus auditorías ha encontrado situaciones de explotación y trabajo infantil a día de hoy.

No sólo la empresa de Cuppertino recibe los componentes de la empresa asiática, pero sus espectaculares beneficios año tras año, ponen en el punto de mira su concepto de resposabilidad social corporativa, si el beneficio económico justifica una deslocalización injusta con los trabajadores.

A los problemas laborales hay que sumar las críticas ecologistas; y es que la empresa tampoco invierte lo que debiera en el control de sus residuos, ni en el sostenimiento de su industria. El informe Bad Apple, acusa a la compañía de la manzana del vertido descontrolado de agentes contaminantes en ríos que abastecen a poblaciones cercanas a sus fábricas proveedoras, causando un grave riesgo para la salud pública con la introducción de metales pesados en el suministro de agua.

Apple acaba de publicar en su web el apartado «Supplier Responsibility at Apple», en el que aseguran que la empresa está desarrollando auditorías a sus proveedores para garantizar «unas condiciones de trabajo seguras, el trato digno a los empleados y procesos  de fabricación respetuosos con el medio ambiente»; el mes pasado se convirtió en la primera compañía tecnológica en unirse a la Asociación por el Trabajo Justo (FLA) y ha puesto en marcha un proyecto que asegura cubrirá las necesidades de su servicio iCloud con energía solar.

Sin embargo, el lavado de imagen ha tenido un efecto muy limitado, la cadena de televisión norteamericana ABC, acaba de publicar un reportaje en el que confirma que en Foxconn trabajan menores de edad, en jornadas de 12 horas y por menos de 2 euros a la hora. Los trabajadores viven hacinados en habitaciones donde duermen con 7 compañeros.

Pero Apple no es la única que trabaja con Foxconn: Sony, Dell, Hewlett-Packard, IBM, Motorola y otras fabrican allí los dispositivos que luego se venden en el primer mundo. El coste ético, social y ecológico no se incluye en su precio de lanzamiento. Para los expertos, la compañía de iPhone, está viviendo su propio «Nike moment», un aluvión de publicidad negativa por sus malas prácticas en el sector, como le ocurrió a la empresa de ropa derpotiva en los años 90', aunque había otras peores.