Una inteligencia artificial puede detectar el alzhéimer con 15 años de antelación

«La inteligencia artificial dará a los psiquiatras herramientas que les permitan ofrecer un tratamiento más efectivo, con medicación personalizada, les ayudará a prevenir el suicidio, que es uno de los temas más graves en la psiquiatría, y también la depresión a través de resonancias magnéticas y un algoritmo que dice qué medicamento actúa mejor...», explica.

Todo ello supone un importante apoyo para profesionales como Edorta Elizagárate , jefe de la Red de Salud Mental de Álava, que ve en esta tecnología «una oportunidad para la detección precoz de las enfermedades, ya sea la depresión o los síntomas de otras más graves como la psicosis o la esquizofrenia». «Cuanto antes se detecte, las posibilidades de intervención son mucho mayores, pero también es importante para hacer frente a las ideas suicidas, así como en otros aspectos como la accesibilidad al paciente en poblaciones en las que no hay posibilidad de tener presencia física de psiquiatras», añade Elizagárate.

Ambos expertos tienen la vista puesta en una aplicación que se está probando en Estados Unidos con veteranos de la guerra de Vietnam que monitoriza su voz cuando hablan por teléfono y controla sus hábitos para detectar cambios de comportamiento que lleven a problemas psicóticos o de depresión para actuar antes de que se produzcan.

También utilizan el algoritmo de Facebook que controla las publicaciones y búsquedas en la red de un usuario lo que permite detectar si tiene tendencias suicidas . «La inteligencia artificial ofrece al psiquiatra información de manera objetiva y posibles pronósticos, y en base a ello el profesional va a decidir cómo actuar», señala Álvarez, que apuesta por esa monitorización a través del teléfono móvil para tener las enfermedades bajo un control efectivo.

Para empezar a tratar una dolencia hace falta detectarla antes, de ahí la necesidad de predecir esos cambios en el cerebro a través de las diferentes aplicaciones basadas en algoritmos que evalúan el comportamiento del ser humano «y aprenden por sí mismos a detectar los diferentes patrones en función de los datos que se les aporta».

Con esa premisa, y tras pasar los filtros sanitarios, estos avances pueden llegar a cambiar la forma de trabajar de los profesionales, hasta el punto de que se pretende «detectar el alzhéimer con 10 o 15 años de antelación por un análisis genético a través de la inteligencia artificial. Y lo mismo con otras enfermedades mentales», augura Álvarez. Ante esta revolución y las posibilidades que se abren para la psiquiatría, Álvarez destaca la importancia de tener muy presente la ética porque se actuará en un ámbito de privacidad del paciente y para ello es necesario contar con su colaboración dado que debe ser monitorizado.

También pretenden desarrollar esta tecnología para decidir qué fármaco y qué dosis son idóneos para cada persona e incluso vaticinar los efectos secundarios que tendrá uno u otro medicamento en función de las características biológicas del paciente. Un algoritmo que aprende por sí mismo y puede revolucionar el tratamiento de la enfermedad mental.