El simulador de Windows 8

La versión preview de Windows 8 en su versión de 32 bits ocupa 2.82 GB. Tengo la suerte de contar con una conexión a Internet relativamente estable y rápida, y cuando fue necesario descargar la imagen, lo logré dentro de un margen de tiempo aceptable, más allá del percance con el “checksum” que había tenido la primera vez. En conexiones más lentas, descargar ese ISO podría representar todo un ejercicio de paciencia para los usuarios. En lo personal recomiendo que esperen y obtengan la imagen para probarla con sus propias manos, pero de la nada apareció esta “simulación” de Windows 8 , que en poco menos de diez megabytes promete ofrecer un rápido vistazo al sistema de Microsoft.

Cuando inicias al simulador, encontrarás que el “entorno” opera dentro de su propia ventana, y luego de una llamativa animación, deberás realizar un arrastre con el cursor del ratón, escoger uno de los perfiles, y comenzar a explorar la simulación de Metro . Hay una calculadora (que no es la original), la aplicación Piano (que tampoco es la original), una versión reducida del escritorio, y una imitación de Chrome que incluso puede navegar, aunque sólo parece funcionar correctamente con versiones móviles de los portales más importantes. Cada vez que intentamos ingresar a una página completa, nos bombardearon los errores de “scripts”, entre otras cosas.

Siendo honesto, creo que deberíamos tomar con un poco de humor a este simulador. Cuando lo “cuelgas” y pides una sugerencia para el error, aparece una imagen de Bill Gates recomendando Ubuntu , y el logo de esa distro Linux puede encontrarse en varios puntos de la “simulación”. Tal vez puedas usarlo para jugarle una broma a alguien, pero si realmente quieres tener entre tus manos un anticipo de Windows 8, mejor obtienes una copia del preview y lo virtualizas con VirtualBox como Nicolás explicó en su momento. Todavía falta mucho para que Windows 8 llegue a nosotros de modo completo, y aunque el preview ya presentó los conceptos básicos del sistema operativo, puede haber muchos cambios por delante.