El reto de saber qué hay más allá de las estrellas
El reto de saber qué hay más allá de las estrellas
El 4 de octubre de 1957 la Unión Soviética lanzaba al espacio el primer satélite artificial de la historia, el Sputnik 1, y con él comenzaba una auténtica pugna con Estados Unidos por ser los primeros en abrir nuevas puertas en el espacio exterior. Ninguna ... de las dos potencias quería quedarse fuera del liderazgo mundial en materia espacial y las inversiones en este terreno se dispararon. Parecía que el mundo se les había quedado pequeño y esta particular 'Guerra de las Galaxias' hizo que el mundo mirara por primera vez fuera de sus fronteras planetarias y se planteara la posibilidad de que existiera vida en otros mundos, desconocidos hasta entonces. Esta lucha les supuso tantos éxitos como sonadas fueron sus tragedias.
Cuando la URSS se adelantó al lanzar el Sputnik 1, Estados Unidos comenzó a tomarse en serio la aventura espacial y en julio de 1958 Eisenhower firmaba el Acta de fundación de la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio), que comenzó a funcionar en octubre de ese mismo año con cuatro laboratorios y unos 8000 empleados dedicados a investigar el espacio exterior. El 20 de julio de 1969 Estados Unidos se apuntó un importante tanto, al conseguir que el hombre pisara la luna por primera vez. Este “pequeño paso para el hombre, gran paso para la huanidad”, como definió la azaña el primer astronauta en alunizar, Neil Armstrong, supuso el éxito definitivo del programa Apolo, la apuesta espacial de la NASA, que finalizó cuando se acabaron los fondos económicos por culpa de la Guerra de Vietnam.
La tragedia de los transbordadores
Pese a que la agencia espacial estadounidense se ha centrado en las misiones tripuladas, también ha invertido recursos en el lanzamiento de misiones no tripuladas que han permitido obtener imágenes de Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. A finales de los setenta y durante los años ochenta, los esfuerzos de la NASA se concentraron en el programa del transbordador espacial, cuya primera nave Columbia salió de la órbita terrestre por primera vez el 12 de abril de 1981. Los transbodadores han dado a la NASA algunas de sus mayores alegrías, pero se conviertieron en unas naves demasiado costosas, sobre todo después de la tragedia del Challenger, un aparato que completó nueve misiones y se desintegró a los 73 segundos del lanzamiento de la décima, en 1986, y provocando la muerte de sus siete tripulantes.
El Challenger fue reemplazado por el Endeavour, que voló por primera vez en 1992. Pese a que los transbordadores han logrado importantes hazañas como la puesta en órbita del Telescopio Hubble, también han escrito la página más negra de la NASA, al causar la muerte de decenas de astronautas durante sus misiones. El Columbia dejó de existir en 2003 al destruirse cuando intentaba reentrar a la atmósfera el 1 de febrero de 2003, acabando con la vida de los siete astronautas que viajaban a bordo. Estas naves desaparecerán para siempre durante este año.
El problema del dinero
Superada la 'guerra espacial' de EEUU con la URSS, que duró casi veinte años, dicho enfrentamiento se convirtió en cooperación tras el colapso de la potencia soviética. De hecho, en los años 90, se consiguió uno de los mayores logros en materia espacial, la Estación Espacial Internacional (EEI). Pero tras dejar atrás el escollo con Rusia, uno de los mayores problemas con los que se ha encontrado la NASA ha sido la financiación. Desde los años noventa ha visto reducir el presupuesto que EEUU dedicaba a la investigación espacial, pese a ello, en 1997 conseguía uno de los mayores éxitos de los últimos años, colocar una sonda para explorar la superficie de Marte, que 2004 llevó a dos robots a encontrar vestigios de agua en el planeta rojo.
Hoy se vuelve a hablar de un programa para volver a la Luna, pero el principal problema sigue siendo económico. Con el mundo sumido en una grave crisis, el espacio exterior ha pasado a un segundo plano en la agenda de Obama, que ha metido la tijera al presupuesto de la NASA y ha dejado sin fondos al programa 'Constellation', con el que EEUU quería volver a alunizar. No obstante, el presidente de Estados Unidos anuncia hoy su programa en materia espacial, que según apuntan varios medios locales, signará 6.000 millones de dólares para dar un nuevo enfoque a los vuelos espaciales tripulados en los próximos cinco años.
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