De Londres a Sydney en menos de una hora

El objetivo era desarrollar una aeronave capaz de abastecer con material armamentístico al ejercito americano en menos de una hora, fuese cual fuese su ubicación en el mundo. Fue así como, tras muchas pruebas, nació el HTV-2, un vehículo hipersónico que puede despegar y aterrizar como un avión y volar a veinte veces a la velocidad del sonido (Match 20), es decir, a unos 20.000 kilómetros por hora.

Este avión no tripulado sería capaz de volar de Londres a Sidney en menos de una hora, de New York a Los Ángeles en 12 minutos o de Ciudad de México hasta Buenos Aires en 21. Y hablamos en condicional porque el prototipo aún se encuentra en fase de pruebas. De hecho, las primeras que se realizaron el pasado mes de abril no tuvieron un final feliz; según comentaron en aquella ocasión los responsables del programa "a los nueve minutos hubo un problema de comunicación entre los instrumentos del avión y los de tierra, por lo que los sistemas automáticos de la nave detectaron el fallo y ejecutaron un descenso controlado hacia el mar".

Pero siempre hay una segunda oportunidad, y ayer por fin el avión más rápido de todos los tiempos pudo surcar los cielos. Esta vez lo hizo como exigía el guión : fue lanzado desde la base de Vandenberg (California) a bordo de un cohete adaptado del que se separó al llegar al borde del espacio; una vez allí comenzó su vuelo supersónico de regreso a la Tierra.