Apalabrados, Scrabble, Lexico: más de 80 años de vicio con el juego de las palabras
Aunque esbozado por el mismo Lewis Carroll, el juego originario fue inventado en 1931 por el arquitecto neoyorkino Afred Mosher Butts, harto del azar de los dados y las sesudas reglas del ajedrez
Apalabrados, Scrabble, Lexico: más de 80 años de vicio con el juego de las palabras
Con cerca de tres millones de usuarios, la famosa aplicación de Apalabrados –que ABC.es ofrece ahora en exclusiva en su web –, no es sino la última adaptación de un juego que fue esbozado por el escritor de «Alicia en el país de las maravillas», Lewis Carroll ... : «Un juego de letras, que se mueven en un tablero similar al de ajedrez, hasta formar palabras», dejó escrito en su diario a finales de la década de 1880.
A Lexico se jugaba sin tablero y se puntuaba en base a la longitud de las palabras
Tuvieron que pasar más de 40 años para que este juego de palabras cruzadas se hiciera realidad. De aquello hace más de 80 años. En concreto, desde finales de 1931, cuando el arquitecto neoyorkino Alfred Mosher Butts , harto de juegos de azar como los dados, y de otros que dependían de las habilidades del jugador como ajedrez, decidiera crear uno en el que inteligencia y suerte fueran igual de importantes.
Fue entonces cuando inventó Lexico , la idea inicial del exitoso y ya histórico Scrabble . Se jugaba sin tablero y los participantes conseguían puntos en base a la longitud de las palabras, consiguiendo algunos puntos extra sin las letras utilizadas eran poco comunes (como la w, y, v, x, q o z). Mientras que para calcular la frecuencia en la que cada letra aparecía, Butts realizó un exhaustivo análisis de la portada de « The New York Times », reduciendo el número de algunas letras cuya continua aparición facilitaba la tarea del jugador a la hora de formar palabras.
200 juegos, ni un beneficio
A Butts le denegaron la patente de aquella primera versión y varios fabricantes de juegos importantes rechazaron su oferta. Aún así, fabricó el mismo 200 de estos juegos para vender o regalar entre sus amigos, lo que no le trajo, obviamente, beneficios.
Butts, cansado de luchar, abandono el proyecto con la llegada de la Segunda Guerra Mundial
Pero como había quedado en paro durante la Gran Depresión, este arquitecto se dedicó por completo a perfeccionar el juego, hasta que en 1938 se le ocurrió introducir un tablero en el que se pudieran introducir palabras como si de un crucigrama se tratara. En los años sucesivos fue cambiando algunas reglas y el nombre ( New Anagrams , Alph , Criss-Crosswords , Criss-Cross , etc.), al tiempo que construía los tableros y las fichas con sus propias manos y herramientas.
Pero todas estas versionas sufrieron el mismo fracaso estrepitoso que Lexico a ojos de los fabricantes. Butts, cansado de luchar, abandono el proyecto con la llegada de la Segunda Guerra Mundial.
Brunot, el amigo de Butts
James Brunot fue uno de aquellos amigos que recibió una de las primeras versiones del juego de su amigo, con la diferencia de que el sí poseía el espíritu empresarial del que carecía Butts. En 1948 llegó a un acuerdo con él, lanzándose a la comercialización del juego y llegando a un acuerdo por el que Butts recibiría un porcentaje de cada unidad vendida.
Brunot decidió cambiar el nombre del juego por el de Scrabble (escarbar)
Tras simplificar las reglas y realizar algunas pequeñas modificaciones, decidieron cambiar el nombre por el de Scrabble (escarbar), que quedó registrado así el 1 de Diciembre de 1948. Y ni aún así: el primer año sólo vendieron 2251 unidades y hasta 1952 estuvieron acumulando pérdidas.
Sin embargo, al regresar de unas vacaciones en las que reconsideró abandonar su empresa, se encontró con un montón de pedidos que le cogieron por sorpresa. En el último trimestre de 1952 vendió nada menos que 37.000 unidades del Scrabble .
La demanda desde entonces fue tan grande que, aunque su producción había aumentado hasta 6.000 unidades por semana, no podía satisfacerla, por lo que cedió su licencia a Selchow and Righter , la misma compañía que había rechazado el juego unos años antes. Y como seguía aumentando, extendiéndose hasta Australia y convirtiéndose en un éxito en Gran Bretaña, Brunot acabó vendiendo los derechos de Scrabble a Spear’s , en 1968.
Desde entonces, los derechos fueron pasando de una empresa a otra ante el asombro de Alfred Butts, que vivía aún para ver el enorme éxito de su invento, que generaba millones que a él ya no le repercutían. Por lo menos, tuvo la satisfacción de poder asistir al primer campeonato mundial del juego, Nueva York, en 1991 , antes de fallecer en 1993. El primer campeonato del mundo en español se celebró en Madrid, en 1997.
Cavazzani, el sucesor de Butts
Tras años de éxito, Maximo Cavazzani , un argentino de 27 años, ingeniero en informática, puede ser considerado el Alfred Butts o James Brunot de hoy, y no por haberlo inventado, sino por haberlos modificado y adaptado para los smartphone en pleno siglo XXI, hasta el punto haberse «hecho millonario» con él, como aseguraba recientemente en una entrevista a ABC .
Cavazzani: «Somos 45 empleados y queremos llegar a 300 familias»
Dedicó apenas cinco meses a desarrollarlo y, tan pronto lo lanzó, ya sumaba miles de descargas. App Store lo convirtió en Juego de la Semana a finales de enero de este año y hoy ya cuanta con cerca de tres millones de usuarios. «Apalabrados genera mucha plata, sí, pero sobre todo ha sido una plataforma para poder crecer mucho, nos ha permitido proyectar la empresa a futuro, generar infraestructura. Somos 45 empleados y queremos llegar a 300 familias», declaraba.
Parece que el futuro del Lexico y el Scrabble de Butts está asegurado para muchos años gracias al Apalabrados de Cavazzani.
Noticias relacionadas
- Juega a Apalabrados aquí
- Maximo Cavazzani: «Me he hecho millonario gracias a Apalabrados»
- ABC.es ofrece Apalabrados en exclusiva para la web
- Apalabrados realizará el 1er Torneo Oficial con la colaboración de ŠKODA Citigo
- Torneo Skoda Citigo Apalabrados
- Apalabrados y Draw Something: los juegos de mesa arrasan en los móviles
Ver comentarios