De Xiaomi a Oppo: China, el hipódromo de los «smartphones»

Sin embargo, un grupo de fabricantes del país han movido ficha en los últimos meses para enterrar el estigma del made in China y convertir a la segunda economía mundial en una plaza imprescindible en la competitiva geografía del gremio. Y todo ello con una sencilla ecuación de gama alta a precios más asequibles, un binomio que apunta directamente a la línea de flotación de muchos de los tradicionales jugadores del mercado.

El último en entrar en este nuevo club ha sido Pete Lau, que tras quince años en la reconocida factoría Oppo, decidió crear el pasado mes de diciembre su propia empresa reclutando a un grupo de jóvenes que nació con el mantra de Never Settle («No te conformes») y ahora salpica las redes sociales con inspiradoras frases de Abraham Lincoln.

El resultado de esta aventura se ha saldado con el reciente lanzamiento del primer terminal OnePlus, el «smartphone» más veloz de los vistos hasta el momento . Se trata de un «tabletófono» con una pantalla Full HD de 5,5 pulgadas que corre a esa velocidad gracias a un procesador QualComm Snapdragon 801 combinado con 3 Gb de memoria RAM.

Funciona con una plataforma de Cyaogen, un destilado de Android y una batería de 3.100 mAh, que promete, según los padres de la criatura, hasta dos días de autonomía. Ideal para los amantes del 'selfie' con una lente delantera de cinco megapíxeles, la cámara trasera tiene un sensor de 13 megapíxeles y graba en el nuevo estándar 4K.

Un compendio de características que cuestan 269 o 299 euros dependiendo la versión. El pasado 24 de abril fue lanzado en un total de 17 países, entre ellos España, con un particular modelo de venta. En una primera fase, la empresa de Shenzen seleccionará a cien personas para que graben destrozando un móvil que podrán adquirir el OnePlus a un euro y recibirán tres invitaciones de compra para sus contactos.

Este debut ha generado gran expectación y los mentideros especializados muchos se han apresurado a diseccionar este lanzamiento. Hace días trascendió un documento que el 100% de la financiación recibida por Pete Lau proviene de su antigua empresa, lo que puede explicar cómo se puede crear un terminal de esta naturaleza en apenas medio año.

OnePlus ha servido para alimentar aún más el debate de si por ese precio se pueden igualar las prestaciones del iPhone, entre otros. Xiaomi es uno de los nombres que más se viene repitiendo. Bautizada por muchos como «la Apple de ojos rasgados» , fichó a Hugo Barra, ex jefe de filas de Android, para poner en marcha una expansión internacional que ya ha comenzado en el sudeste asiático y que podría continuar próximamente hacia el Viejo Continente.

De momento, teléfonos como el MI3, su buque insignia que con casi toda seguridad será renovado este verano, ya están siendo adquiridos por internet a través de terceros por precios que rondan los 200 euros a la espera de los canales oficiales de venta.

A la espera de lo que ocurra tras su desembarco en otras partes del globo, en el mercado doméstico la industria nacional parece haber desplazado a las grandes firmas extranjeras, como Apple que ha sellado un pacto con la mayor teleoperadora del país para poder dar más salida a sus productos. El zoco chino, con sus más de 1.350 millones de habitantes, es un oscuro y exótico objeto de deseo en donde una buena campaña puede tener en los ingresos el mismo efecto que la hormona del crecimiento. De cada diez terminales vendidos, siete son de marcas autóctonas, inmersas también en su particular carrera.

A la creciente pujanza de Oneplus, Xiaomi, Oppo o Meizu, Huawei -que esta semana presenta su nueva joya de la corona- o ZTE han respondido con gamas como Honor o Nubia. IDC recogió que estas dos compañías ingresaron en 2012 en el top five mundial de fabricantes con lo que ellos supone.

Un grupo de cabeza en la que no estaba incluida Lenovo, heredera de la división de PC de IBM, al que ingresó tras comprar a Google gran parte de Motorola, aunque la división de desarrollo y una jugosa cartera de patentes quedó en manos de los de Mountain View.