200 años para renacer de las cenizas de un incendio
El proceso de recuperación natural empieza días después del fuego, aunque la madurez del bosque puede tardar entre 200 y 300 años en llegar. Hay plantas herbáceas capaces de renacer en pocas jornadas; los pinos germinarán en la siguiente primavera, y los robles, encinas y alcornoques rebrotarán del tronco. Una década después, podría haber robles de cinco metros y pinos de ocho
Cuando un manto de ceniza blanca cubre el bosque, los expertos saben que la intensidad del incendio ha sido alta. El ecosistema tardará décadas en recuperarse por completo. Pero el fuego es un elemento más de la naturaleza y, en los bosques mediterráneos, algunas ... especies han aprendido a convivir con las llamas. Semanas después del incendio llegarán las primeras señales de recuperación, aunque la madurez del bosque puede tardar entre 200 y 300 años. Es el camino al que ahora se enfrentan decenas de miles de hectáreas en España, tras sufrir el peor año en incendios en al menos dos décadas.
«El fuego es un elemento que es parte del ecosistema, es una perturbación más y tiene que estar ahí. Lo que no es asumible son determinados regímenes del fuego con muchísima intensidad que pueden hacer imposible la regeneración natural de determinadas especies», explica Javier Madrigal, científico titular del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC) en el laboratorio de incendios forestales.
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ContinuarNo existe una sola solución para la gestión de los bosques tras las llamas. Cada terreno, cada especie afectada y cada incendio es diferente. Si la zona ha ardido recientemente, el peligro de perder especies es alto. Y cuanto más severo haya sido el fuego, más le cuesta a la naturaleza recuperarse. En estos escenarios de gran devastación entra la ciencia forestal, que intenta acelerar el proceso de recuperación y evitar la degradación del suelo y la pérdida de algunas especies.
Porque en un bosque mediterráneo mixto con pinos, como el carrasco o el resinero, y árboles del género quercus, como robles y encinas, las plantas herbáceas son las primeras en aparecer. Algunas lo harán en apenas días, incluso cuando el fuego es severo. Mientras, las piñas, que han protegido los piñones, se irán abriendo en los tres primeros meses. Incluso aunque mueran algunas, calcinadas, la caída será muy abundante: solo una piña puede guardar cien piñones. «A lo mejor están cayendo 500.000 piñones por hectárea. Es una barbaridad. Hablamos de 5.000 piñones por metro cuadrado», explica Madrigal. Los piñones que germinen podrían llegar a los 10 cm de altura en primavera.
Los robles activarán sus reservas guardadas en la raíz (donde los efectos del fuego habrán sido menores) y el tronco para rebrotar. En primavera, podrían tener entre 10 o 12 rebrotes de entre 50 o 60 cm. En cuestión de meses, el terreno mostrará vida.
En recuperación
Pero durante el primer lustro el bosque seguirá en recuperación. El humus y el suelo van poco a poco restableciéndose. Especies de las que antes se sacaba provecho, como los boletus y los níscalos, no prosperarán hasta que pasen cinco o seis años. Y los expertos forestales seguirán pendientes para asegurarse de que las relaciones entre especies están permitiendo prosperar la masa forestal.
De hecho, entre los cinco y diez años tras el incendio, comenzaron a aplicarse técnicas como la silvicultura, la quema controlada y el pastoreo. También se introducirán clareos con los pinos, para eliminar la competencia entre la multitud de ejemplares que germinaron y crezcan los ejemplares con más posibilidades. En los árboles del género quercus, será necesario esperar un poco más: hasta que no pasen al menos 15 años no se sabrá cuáles son los rebrotes dominantes. De no hacerlo, por ejemplo, en el caso de los robles, la masa forestal podría quedar 'matorralizada'.
«Algunos ecólogos dicen que bosques maduros en España casi no hay, necesitarías 200 o 300 años»
Javier Madrigal
Científico del INIA_CSIC
El 'bosque joven' llega a partir de los diez o quince años. Los pinos podrían medir unos ocho metros, los robles cinco. La explotación de la madera con cierto valor comercial, sin embargo, no se producirá antes de los 20 años tras el incendio. En el caso de los alcornoques y la extracción del corcho la espera es aún mayor, llegando incluso a los 45 años. También es a partir de las dos décadas de antigüedad cuando el bosque empieza a estar preparado para volver a enfrentarse al fuego, con menor riesgo de perder especies. «Asumimos que el bosque se va a volver a quemar, aunque no sabemos cuándo», explica Madrigal. Lo importante es que le haya dado tiempo a desarrollar la capacidad de resistir lo mejor posible.
«Algunos ecólogos dicen que bosques maduros en España casi no hay, necesitarías 200 o 300 años para considerar un bosque maduro de verdad. La mayoría de los que tenemos son jóvenes, porque no tienen más de 100 o 150 años, que parece mucho, pero no lo es», explica Madrigal.
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