UNA FARMACIA EN EL INTERIOR

Un microchip implantable para controlar la osteoporosis

N. RAMÍREZ DE CASTRO

En las próximas décadas los enfermos crónicos no tendrán que estar pendientes de su medicación diaria ni de los ajustes del tratamiento. Bastará, entonces, con que el médico haga una llamada desde un teléfono móvil o envíe la orden desde un ordenador para que un dispositivo implantado en el organismo libere la dosis necesaria de medicamento. El primer paso para que esto sea una realidad lo acaba de dar un equipo de investigadores estadounidenses al diseñar un microchip que contiene un fármaco utilizado contra la osteoporosis más grave. El tratamiento, probado con éxito en siete mujeres danesas, se acaba de publicar en la revista «Science Translational Medicine».

El microchip se implanta bajo la piel con anestesia local. A las siete mujeres que participaron en el estudio se les colocó en la cintura. Todas tenían una forma severa de osteoporosis que les obligaba a seguir un tratamiento inyectable diario para combatir la debilidad de sus huesos. El dispositivo liberaba el mismo fármaco que antes se les inyectaba, un formador de hueso que reduce el riesgo de fracturas. Al final del estudio, la seguridad y eficacia fue similar a las inyecciones. Aunque con una ventaja: el medicamento llegaba siempre a la misma hora, sin variación por olvido o problemas de los pacientes.

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