El precio de ser madre

El precio de ser madre

Las españolas no renuncian a la maternidad. Pese a que nuestra tasa de fecundidad sea de las más bajas de Europa (1,38), las mujeres quieren tener hijos, aunque cada vez en menor número y a edades más tardías (30 años). Y es que a ... la hora de formar una familia el mundo laboral les condiciona hoy día más de lo que esperaban, como demuestra un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). No se trata de una nueva realidad social, pero la investigación revela que siete de cada diez trabajadoras (75%) reconocen haber tenido problemas laborales sólo por el hecho de ser madres.

En el fondo, las dificultades para conciliar la vida laboral y familiar les obliga a tomar decisiones que coartan su carrera profesional. Muchas reducen su jornada para dedicar más tiempo a los hijos (lo hacen casi un tercio de las mujeres en activo), otras (26%) no tienen más opción que interrumpir temporalmente su trabajo en beneficio de la familia e, incluso, algunas (11%) deciden abandonar su empleo de por vida por el mismo motivo.

Pero lo que más sorprende es que en los últimos años -cuando más avances ha conseguido la población femenina- cada vez más mujeres se sienten discriminadas en el trabajo a la hora de afrontar la maternidad. Aunque también es cierto que la práctica habitual de generaciones anteriores era renunciar al empleo con la llegada del primer hijo, por tanto, eran menos las que compatibilizaban el cuidado de la familia con un trabajo.

Estos datos, que pertenecen al estudio «Fecundidad y trayectoria laboral de las mujeres en España», y fueron presentados ayer por la demógrafa del CSIC Margarita Delgado, se han obtenido tras realizar una encuesta a 10.000 mujeres en 2006. La investigación detalla el coste que supone la maternidad para muchas trabajadoras que la afrontan de modos distintos según el nivel de estudios y el puesto que desempeñan.

Aquellas con mayor formación y con un empleo estable han necesitado más tiempo para desarrollar su trayectoria profesional y mantienen una vida laboral más prolongada. Razones suficientes para posponer la llegada de su primer hijo y tener menos descendencia. Entre las más jóvenes se empieza a extender la percepción de que ser madre incluso supone renunciar a la promoción en la empresa.

Algo que no ocurre entre las mujeres que no cuentan con un empleo fijo o que trabajan a tiempo parcial, pues inician antes la convivencia con su pareja, también la experiencia de la maternidad y tienen más hijos.

Camino al envejecimiento

Todos estos datos no sólo constatan una realidad en la sociedad española, sino que avisan de una tendencia demográfica -el camino al envejecimiento de la población- que puede tener serias consecuencias, como advirtió ayer Margarita Delgado. En su opinión, a corto plazo este fenómeno no producirá un «colapso» en nuestro Estado del Bienestar pero éste sí puede «estar comprometido» en un futuro no muy lejano. De hecho, la demógrafa abogó por aumentar las ayudas a las familias, un cambio en la mentalidad del empresario y del empleado y un reparto equitativo de las tareas domésticas y del cuidado de la familia.

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