«Si lo que hicimos en el caso Bárcenas es delito, somos delincuentes imposibles de reinsertar»

No pasó de puntillas por el «estado» del oficio Pablo Muñoz, redactor de ABC, encargado de ofrecer la lección magistral. Muñoz se consagró como el candidato idóneo para aleccionar a ésta y a futuras generaciones de informadores sobre en qué consiste ese derecho tan manido y vilipendiado a veces como es el de la información. «No hablo de libertad de expresión –matizó el ponente–, sino del derecho que tiene la ciudadanía a recibir información relevante, veraz, conseguida por medios lícitos y que no ponga en peligro investigaciones en marcha o afecten a la seguridad nacional». Hablaba el redactor de la sección de España de los principios básicos que sustentan su carácter profesional y personal; los mismos comandos que le han valido, recientemente, para que la Fiscalía cambie de criterio y pida archivar el caso abierto contra Muñoz y la periodista Cruz Morcillo por una información en la que se reveló una conversación en la que un miembro de la Camorra hablaba de Luis Bárcenas. Primó el derecho a informar que es «lo que estaba en juego», a falta de una decisión final de la Audiencia de Madrid, pero del delito Muñoz y Morcillo se declararon ayer «multirreincidentes, delincuentes imposibles de reinsertar por falta de arrepentimiento» si debe recibir castigo «aquello que se hizo en el caso de Bárcenas» y que no es otra cosa que «hacer una información sobre investigaciones reservadas, con la autorización de la fuente y acceso a documentación oficial».

Muñoz aprovechó el atril para agradecer el respaldo «contundente» de la dirección de ABC y la «reacción ejemplar» de la redacción, al completo y sin fisuras. Añadió que «el periodismo se estudia en las aulas y se hace en la calle». «Cuando estéis convencidos de que habéis hecho bien vuestro trabajo, seguid adelante con todas las consecuencias», incidió el redactor ante los alumnos.

El periodista quiso cerrar su intervención invocando la materia prima que sustenta el negocio: «Muchas personas toman decisiones cada día en función de los datos que reciben de los medios, desde sacar un paraguas, o comprarse una vivienda». Así que el recado fue claro: «Cada imprecisión en una información nos empobrece a todos, al medio y a la sociedad».

En el acto intervino el director de ABC, Bieito Rubido , que animó a los jóvenes periodistas a discernir lo accesorio de lo esencial «en un mundo difícil y cambiante, pero apasionante». Tomando prestada una frase de Bill Gates, Rubido bromeó con los recién graduados: «Si hasta ahora era difícil convivir con profesores, preparaos para vivir con los jefes». Y es que los quince alumnos se encuentran ya haciendo prácticas en la redacción de ABC, plenamente integrados con sus colegas.

En representación de los alumnos tomaron la palabra Esther Blanco y Lorena López Antón , conscientes de la oportunidad que les ofrece el periódico para vivir episodios históricos (y convulsos) como las segundas elecciones generales , los Juegos Olímpicos o el «Brexit» . «Sabemos que llegamos en un momento complicado, pero en esta profesión todo suma», compartieron.

María Jesús Casals puso la nota de emoción la jornada. La profesora se despidió tras diez años al frente de la dirección académica del curso, y su testigo lo toma Yolanda M. Solana . Ambas reivindicaron el rigor y la entrega que exige la labor de «contar historias».