«El misterio en que más he trabajado»

—¿Tiene previsto asistir al Vía Crucis con el Papa?

—Sí, por supuesto.

—¿Qué caracteriza al Jesús Despojado de Granada?

—La configuración de este paso tiene características muy propias como es la aparición del Cirineo dentro del misterio y también la de María Magdalena, que no suele ir en la trasera de un paso de Cristo.

—¿Cuántas esculturas son en total?

—Dos judíos, dos romanos, la Magdalena, el Cirineo y la imagen de Cristo. Es el misterio en el que más años he trabajado: desde finales de los ochenta, hasta 2011.

—¿Cómo reaccionará el creyente inglés o americano al contemplar un paso de la Semana Santa andaluza?

—Yo creo que va a ser lo más llamativo para la gente que venga de fuera, de sitios tan lejanos en los que a lo mejor su modo de oración es ante una Cruz limpia en la que no ven ni siquiera la imagen de Cristo.

—Y con las bandas de música.

—Sí. Se va a ver una representación de las formas de sentir la Semana Santa en toda España, desde la más sobria a la más llamativa o barroca.

—¿Usted vive su trabajo como una forma de oración?

—Tiene de todo un poco. Hay épocas de un momento más creativo, donde marcas con técnica la expresión o la anatomía, y luego hay un momento en el que plasmas esa devoción a la imagen. Eso conlleva un momento en el que el creador de esa obra imprime unos sentimientos religiosos que tienen que salir de dentro.

—Es el único imaginero vivo de este Vía Crucis. ¿Siente orgullo de que el Santo Padre vaya a orar ante el paso de Jesús Despojado?

—Todavía no lo he terminado de asumir completamente.

—¿Qué le pediría hoy al Papa Benedicto XVI?

—Ahora mismo nos hace falta mucho buscar nuestro lado más espiritual. Hace falta que nos paremos, pues el mundo es muy material, muy rápido, y la gente no se detiene a recrear el espíritu. Creo que el Santo Padre debe influenciarnos hacia eso: hacia lo espiritual, para poder encontrarnos interiormente con nuestras creencias y nuestros pensamientos.