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Los obispos se plantan

El cardenal Omella envió el pasado lunes un claro mensaje de descontento a Sánchez: nos estamos empezando a cansar

El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez (2i), conversa con el presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella (i), durante un encuentro mantenido el pasado 24 de enero en Madrid EFE
José Francisco Serrano Oceja

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Da la impresión de que al Gobierno Pedro Sánchez lo que diga la Iglesia, a estas alturas, le importa bien poco. Al fin y al cabo, los obispos están en el bucle social de la pederastia, lo que hace que el Gobierno se ... frote las manos. Hay quienes piensan, en la nueva y vieja izquierda, y no sé si en alguna derecha, que los obispos pueden hacer las declaraciones que quieran, pronunciar los discursos que consideren, que su influencia en la sociedad, incluso en su parroquia, viene a ser, también en términos de votos, cada vez más escasa. Ni montan manifestaciones como antaño, ni colocan a sus medios de comunicación mirando a La Moncloa, ni tienen líderes que hagan temblar a la opinión pública, ni están los católicos tan motivados como para darle la vuelta a las cosas.

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