Francisco defiende a las mujeres frente a los «estilos patriarcales y machistas»

En ese contexto se insertaba la beatificación de dos mártires : el obispo Jesús Emilio Jaramillo, secuestrado y asesinado por la guerrilla del ELN en 1989, y el sacerdote Pedro María Ramírez Ramos, víctima de una turba de asesinos en el estallido de violencia política de 1948. Ambos eran muy conscientes de que su actividad religiosa podía costarles la vida como a tantos otros sacerdotes, religiosos y catequistas.

En el trayecto desde la base aérea hasta el lugar de la misa al aire libre, el Papa había sido recibido con calor por una continua hilera de personas y familias sencillas a lo largo de las calles de Villavicencio.

Al llegar finalmente a la explanada se ha encontrado con un grupo de indígenas que le esperaban para hacerle dos regalos: un sombrero típico colombiano y un collar de semillas secas , que el Papa se puso inmediatamente a la cabeza y al cuello para delicia de todos. Del mismo modo, ya en el altar, un grupo de jefes indígenas, incluso de comunidades que no son cristianas, se acercaron a darle la bienvenida justo antes del comienzo de la misa.

Francisco ha aprovechado el Evangelio de la fiesta de la Natividad de María -que menciona mujeres no judías y varios personajes pecadores en la genealogía de Jesús- para hacer notar que «por su sangre corre la historia de justos y pecadores».

Más específicamente, varias mujeres de esa genealogía «anuncian que por las venas de Jesús corre sangre pagana, y recuerdan historias de postergación y sometimiento».

Por ese motivo, según Francisco, «en comunidades donde todavía arrastramos estilos patriarcales y machistas es bueno anunciar que el Evangelio comienza subrayando mujeres que marcaron tendencias e hicieron historia».

Hay mucho trabajo por hacer, pero también hay buenos ejemplos en el Evangelio pues «en este mundo donde la violencia psicológica, verbal y física sobre la mujer es patente, José se presenta como figura de varón respetuoso, delicado», dispuesto a sacrificarse para salvar de la vergüenza pública, y quizá de la muerte por lapidación, a su prometida cuando supo de su embarazo.

El segundo gran tema de la homilía del Papa ha sido la reconciliación nacional pues «cuando las víctimas vencen la comprensible tentación de la venganza , se convierten en los protagonistas más creíbles de los procesos de construcción de la paz».

Su mensaje a las víctimas, que pueden jugar ese papel clave en todo el país, era muy claro: «Es necesario que algunos se animen a dar el primer paso, sin esperar que lo hagan los otros. ¡Basta una persona buena para que haya esperanza!».

Naturalmente, perdonar y promover la paz «no significa desconocer o disimular las diferencias y los conflictos », ni mucho menos «legitimar las injusticias personales o estructurales», pero es el modo de crear un futuro en que los hijos vivan libres del odio acumulado por los padres.

El programa del Papa en Villavicencio incluye, por la tarde, un gran encuentro nacional de plegaria por la reconciliación , en el que tomarán la palabra tanto víctimas como agresores arrepentidos.