Los efectos del mayo del 68

El diálogo con el cardenal Fernando Sebastián no tiene desperdicio. Entre otras razones por el discernimiento histórico general que hace del papel de la Iglesia en la sociedad española desde esa época y el específico sobre las relaciones entre la Iglesia y la izquierda, asignatura que considera pendiente y «previa a cualquier intento de evangelización». Dice, por ejemplo, que en la vida española padecemos la desgracia de la incomunicación y la sospecha de la izquierda cultural y política respecto a la Iglesia. Y añade que el anticlericalismo es una verdadera enfermedad de nuestra historia. Pero también matiza insistiendo en que denunciar los equívocos de nuestra cultura no significa estar contra la gente, ni condenarla, ni desconfiar de su buena voluntad. Hay un momento en el que despliega su fina perspicacia cuando es preguntado si se puede ser católico y de izquierdas. A lo que contesta matizando y aclarando que la clave está en qué se entiende por ser de izquierdas, lamentándose de la reciente radicalización de algunos grupos de izquierdas en nuestro país.

Otra cuestión interesante, que se le plantea, es si hay demasiada ideología dentro de la Iglesia. El arzobispo emérito de Pamplona responde en esta caso: «Sí, francamente sí. Las ideologías contaminan el pensamiento y las actuaciones de los cristianos. Tendríamos que ser más cuidadosos en conservarnos más cercanos al Evangelio, a las enseñanzas y a las recomendaciones de Jesús. Los cristianos no tenemos que aprender nada de los movimientos sociales, que en buena parte han recibido los impulsos del cristianismo. Debería bastarnos la fe y la obediencia a Jesús».

José Francisco Serrano Oceja Todos los artículos de José Francisco Serrano Oceja