Rastread, rastread...

Si conocemos los parámetros del virus, qué nos falta para poder aplicar medidas eficaces, acaso hemos de conformarnos con esperar a la llegada de una vacuna –prometedora sí, pero aún plagada de incógnitas como su eficacia- o, con resignación, tenemos que aceptar la prolongación de medidas medievales de aislamiento , que amplíen la ruina que ha llegado a muchos sectores. Las autoridades político-administrativas miran a epidemiólogos y demás expertos para que propongan soluciones, hay que seguir afrontando desde la Ciencia esa búsqueda de remedio, que no será infalible pero que nos debe sacar cuanto antes del agobio .

No tenemos en esta columna soluciones infalibles, ni criticamos el que en algún caso haya que recurrir a medidas de confinamiento intenso, cuanto más circunscritas mejor. Pero sí creo poder afirmar que nos falta aún mucho que hacer desde el lado del rastreo . Identificar y diagnosticar con rapidez, al tiempo que rastrear sus contactos, que tienen riesgo de desarrollar y propagar la infección, parece una estrategia razonable. Todo el sistema de salud, en especial la atención primaria debe canalizar este esfuerzo .

Pero, dentro de nuestro sistema de salud, no podemos olvidar que en toda España existe una red de oficinas de farmacia a las que acuden a diario 2,3 millones de personas en demanda de sus servicios. Un sistema ágil de encuesta y recogida de datos desde la farmacia, para su procesamiento inmediato y centralizado, podría contribuir a ese esfuerzo fundamental: detectar los infectados y aplicar para ellos las medidas necesarias.