El cardenal Omella afirma que «la Iglesia ha estado confinada pero no parada»

"La caridad no ha parado y Cáritas ha multiplicado su labor por todos los rincones. Hemos acompañado en el dolor a muchísimas personas en hospitales y residencias y las diócesis se han puesto a disposición de las administraciones. Algunas nos han utilizado más y otras menos. La presencia de la Iglesia ha sido real", aseguró el presidente de la CEE.

El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, también presente en el foro, añadió que "la Iglesia ha estado muy presente durante esta pandemia". "Tenemos personas en todas las parroquias pidiendo ayuda de todo tipo. La Iglesia en España tiene una presencia muy especial. Sino que venga Dios y lo vea", apostilló.

Preocupados por las heridas sociales que podría dejar esta epidemia, ambos cardenales pidieron a los partidos políticos "un pacto de Estado". "Apelamos a una comunión y un pacto de todos los partidos con la sociedad civil para salir de esta crisis como también se hizo durante la II Guerra Mundial", aseveró el cardenal Omella. "Ahora no se trata de ver quién gana, sino de quien sirve", añadió Osoro.

Pese a la situación excepcional que vive el país como consecuencia del Covid-19, el arzobispo de Barcelona lamentó que sigan adelante la tramitación de normas como la Ley de Modificación de la LOE (Lomloe) o la legalización de la eutanasia. "Se habían precipitado muchísimo en llevarlas al Parlamento sin una reflexión social previa", aseguró el cardenal, quien recordó que en el caso de los centros de enseñanza concertados --que la nueva norma pretende asfixiar-- "es deber del Estado facilitar el derecho a la libertad de enseñanza reconocido por la Constitución".

Con relación a la intevención policial durante la celebración eucarística en algunas iglesias de Cádiz, Valencia o la propia catedral de Granada durante el estado de alarma, el presidente de la Conferencia Episcopal Española aseguró este viernes que "no ha habido intención del Gobierno de cercenar la libertad de culto".

"Pudo haber alguna situación problemática sobre todo en la catedral de Granada, pero el obispo interpuso su reclamación y nada más. No he visto intención del Gobierno de cercenar la libertad de culto", insistió Omella, quien reconoció que ha sido "un dolor muy grande" no poder celebrar las misas junto a los fieles durante este tiempo de confinamiento.