El 94,7% de los españoles está de acuerdo en prohibir fumar en el coche si hay niños en su interior

Así lo demuestra una encuesta realizada a 6.857 ciudadanos de todas las comunidades autónomas tanto fumadores (1.827) como no fumadores (2720) de una media de 48 años siendo mayoritariamente mujeres (un 61%).

La encuesta fue realizada por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) en el marco de la presentación de la XV Semana sin Humo , que arranca el próximo lunes 26 y se prolongará hasta el 31 de mayo, Día Mundial sin Tabaco.

Otra parte de la encuesta se ha dedicado a preguntarle a la población qué piensa de los cigarrillos electrónicos. semFYC, por su parte, se ha mostrado en contra de considerar a los «e-cig» como un producto médico, en vez de un derivado del tabaco, dos de las opciones que a su juicio plantea la nueva Directiva Europea del Tabaco, aprobada el pasado 26 de febrero.

Sin embargo, desde la Asociación Nacional del Cigarrillo Elctrónico (ANCE) han asegurado que «eso no es cierto» y que la directiva europea no considera al cigarrillo electrónico «ni como tabaco ni como producto médico sino que tiene una condición específica».

semFYC también ha exigido «que su uso se prohíba en todos los espacios públicos cerrados, incluidos bares y restaurantes, ya que en nuestro país solo está prohibido en transportes y edificios públicos», aseguró su vicepresidenta. La prohibición en bares y restaurantes es apoyada por el 90% de los españoles.

«Respetamos la opinión de la ciudadanía pero hay tener en cuenta que la regulación dice que no es tabaco y por lo tanto debería permitirse vapear. Estamos de acuerdo que se prohíba en centros hospitalarios, educativos o en el transporte público pero prohibirlo en los bares o restaurantes chocha con la directiva», aseguraron desde ANCE.

En cuanto al daño para la salud, el 36% de los fumadores encuestados desconoce que el cigarrillo electrónico es perjudicial para la salud, frente al 29% en el caso de los ex fumadores y al 28% en los no fumadores. Todos parecen estar de acuerdo en que los cigarrillos electrónicos pueden incitar a fumar a los más jóvenes: el 71% de los fumadores y el 82% de los ex fumadores creen que estos productos pueden intervenir en que los adolescentes se sientan atraídos por el hábito y comiencen a fumar. «Les ponen edulcorantes y los hacen aún más atractivos, y a esto se suma que muchos vapean otras sustancias, no solo nicotina», señaló la doctora Arantza Mendiguren, coordinadora de la Semana sin Humo.

ANCE se ha mostrado de acuerdo en proteger a los jóvenes del cigarrillo electrónico. «El cigarrillo electrónico es para las personas adultas que han dejado de fumar».

«No puedo recomendarle a mis pacientes que lo usen porque se trata de un dispositivo que no ha pasado un solo ensayo clínico», concluyó Mendiguren. De hecho, ha citado algunos casos de neumonía lipoidea, y también los posibles efectos cancerígenos, según señala un estudio realizado en Cataluña.

Por otro lado, ANCE defendió que «hay más de 200 estudios internacionales que desacreditan todo lo que dice la comunidad científica y recomiendan el uso del cigarrillo electrónico para dejar de fumar, y otros que aseguran que no son cancerígenos».

En cuanto a las posibilidades de que el «e-cig» ayude a los fumadores a dejar el tabaco convencional, el 86% de los no fumadores encuestados opina que el cigarrillo electrónico hace que los que fuman no se planteen dejarlo definitivamente. Por otro lado, casi la mitad de los que lo usan lo hace de forma dual con los cigarrillos convencionales y no para dejar de fumar.

Desde ANCE han asegurado que ellos no están de acuerdo en que el cigarrillo electrónico se pueda usar para dejar de fumar, «no tiene finalidad terapéutica», señalaron.

Sin embargo, hay estudios que defienden que el cigarrillo electrónico es más efectivo para dejar de fumar que otros productos. Uno de ellos, financiado por el Cancer Research de Reino Unido , se ha publicado en el último número de la revista «Adicttion» y asegura que los fumadores que intentan dejar de fumar son un 60 por ciento más propensos a conseguirlo si cambian al cigarrillo electrónico que si utilizan otros productos con nicotina, como los parches o los chicles, o confían en su fuerza de voluntad, según los resultados de un estudio

El trabajo ha durado cinco años y ha contado con cerca de 6.000 fumadores, y los resultados sugieren que estos dispositivos podrían desempeñar un papel importante para reducir el tabaquismo. «Los cigarrillos electrónicos podrían mejorar la salud pública debido a su gran aceptación y los enormes beneficios para la salud que conlleva dejar de fumar», ha reconocido Robert West, profesor del departamento de Epidemiología y Salud Pública del University College London y uno de los autores de la investigación.

Mientras que entre quienes tan sólo confiaron en su fuerza de voluntad, sólo lo logró el 15,4 por ciento de los encuestados. Pese a estos datos, West reconoce que todavía no hay evidencia científica sobre su uso a largo plazo y si puede tener consecuencias negativas para la salud de sus usuarios, lo que precisamente está provocando un intenso debate en la comunidad científica internacional.