Patrimonio
El Lavatorio de Lucena, una obra de Pedro de Mena
El misterio participó el sábado pasado en la procesión magna lucentina y cabe recordar que en Sevilla, hubo una hermandad en Santa María la Blanca, hoy extinta
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El misterio del Lavatorio de Lucena, preparado para la estación de penitencia
Pasó la procesión magna de Lucena, celebrada dentro del Año Santo Jubilar de la Iglesia Católica y dejó detalles que pudieron disfrutar las miles de personas que se acercaron a este enclave de la Subbética cordobesa. Más allá de la santería, un auténtico símbolo de ... las cofradías lucentinas, muchos cofrades se fijaron en las imágenes y algunos misterios que participaron como por ejemplo, el Lavatorio.
Se trata de un conjunto procesional en el que llama la atención sobre todo, el trono en el que está sentado San Pedro mientras que Jesús está arrodillado antes de la Sagrada Cena. Las imágenes pertenecen a la cofradía de la Santa Fe y procesionan cada Jueves Santo por las calles de la localidad.
Hay que destacar que ambas son de Pedro de Mena, datadas en 1679, tal y como descubrió el historiador del arte Manuel García Luque. Otra característica es que las imágenes se encuentran sobre un trono de orfebrería en vez de uno de madera dorada, por lo que su singularidad aumenta ya que se aleja del misterio típico que procesiona cada Semana Santa por los municipios andaluces.
A los sevillanos que acudieron a Lucena, puede sonarles que en la capital hispalense hubo una hermandad del Lavatorio en torno al siglo XVII en la iglesia de Santa María la Blanca y que en la actualidad, está extinguida. Sus otros titulares eran el Cristo del Mandato y la Virgen del Pópulo (tallas que aún se pueden venerar en la coqueta capilla sacramental) además de un San Juan sobre el que no se termina de concretar si era el antiguo Jesús del misterio del Lavatorio u otra talla.
El misterio del Lavatorio de Lucena
El Lavatorio de Lucena forma parte de una hermandad que también procesiona con otra imagen muy singular como es la Fe, una alegoría de una mujer con una cruz de plata y con una venda en los ojos que abre camino al trono de Jesús con San Pedro y al Señor Preso, todos ellos saliendo desde la ermita de Dios Padre.
Este misterio no fue sólo el único que llamó la atención porque otro como fue el del Cristo de la Humillación también fue apreciado por los cofrades porque representa a Jesús agachado recogiendo sus vestiduras tras ser azotado. En Sevilla, es titular de la hermandad de las Cigarreras denominándose Cristo de la Púrpura pero el titular de la cofradía lucentina se inspira el Mayor Dolor de Antequera, obra de Andrés de Carvajal.
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