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Los días más agrios de Cristiano

Está dolido. Desea resarcirse de las críticas por la fiesta. Su separación de Irina le ha hecho daño. «Es más madridista que nadie»

Los días más agrios de Cristiano efe

tomás gonzález-martín

13/02/2015
Actualizado a las 17:17h.

No es un niño de papá. No se echó a llorar cuando se sintió ametrallado por mil críticas en todos los medios de comunicación tras celebrar su trigésimo cumpleaños horas después de soportar un 4-0 en el Calderón. Al revés, sintió un enojo que ... hoy persiste. Es valiente. Sí, incluso chulesco. No se encoge, Era la primera vez que le sucedía esto. No calibró bien las consecuencias de esa fiesta. Se ha ganado el acostumbrarse a la victoria, no al descalabro, y la goleada en el derbi era un golpe que necesitaba reflexión. «Lo que más le ha dolido es que dijeran que no siente los colores», señala el club. «A él, ¡que hasta Ferguson decía que era blanco!». Cristiano Ronaldo está picado en su orgullo: «A mí, que soy más madridista que nadie», comenta a sus amigos de la plantilla.

Le ha molestado más por su madre, tocada ante las acusaciones contra su hijo, que por él mismo, que siempre peleó al filo de las navajas desde que perteneció al Andorinha. «Está enrabietado, quiere marcar goles ya, ante el Deportivo, y demostrar que es el mismo de siempre», desvela el cuerpo técnico.

Han enfadado a la fiera. Quizá es lo que había que hacer para que el mejor futbolista del mundo reaccione ya. Porque hay una verdad: «Cristiano ha acusado su separación de Irina (Shayk)», reconoce el vestuario. «Los aficionados deben pensar que los futbolistas también somos personas, no máquinas, y esas cosas pueden doler. Pero rendirá al máximo ya, este sábado», subrayan Pepe, que espera reaparecer el miércoles, y otros compañeros.

Esa situación sentimental ha influido en su rendimiento. La pareja dejó de serlo en Navidad. Desde entonces hemos visto un Ronaldo menos eficaz. Solo cuatro goles en siete partidos disputados este año. Y un nivel físico mermado, «normal», ajeno a su explosividad de atleta. Ahora, el conjunto gallego puede pagar todos esos platos rotos blancos. Porque el portugués ha demostrado en las pruebas de velocidad realizadas esta semana por Ancelotti que recupera progresivamente su nivel. Todo estaba calculado para que viviera a una gran altura física en el retorno del Real Madrid a la Champions , el miércoles. Llega su hora.

Criticarle de ausencia de madridismo es lo que más le ha molestado. Irina Shayk se ha comportado con un cariño enorme al defenderle por mantener una cena y una fiesta de cumpleaños a la que había invitado a ciento cincuenta personas llegas de medio mundo. «No es justo el trato dado a Cristiano», indicó la modelo rusa, que confirmó que echa de menos al portugués, para manifestar. «Ahora es el momento de continuar adelante con nuestras vidas». Es lo que hace Ronaldo, dar un paso al frente. Quiere volver a ser el referente del Madrid. Cuando él no está fino, el equipo lo acusa. Tres derrotas en mes y medio. Eliminados de la Copa. Le necesitan.

El portugués también se siente maltratado en exceso. «Se inventan cosas porque ven unas fotos y de ahí se llega a decir que James y Khedira (lesionados) estuvieron toda la noche bailando, cuando estuvieron sentados», subrayan profesionales del club.

Las comparaciones son odiosas. Íker casillas también celebró el sábado el cumpleaño de Sara Carbonero junto a otros compañeros y periodistas. No hubo fotos. Exigieron privacidad, intimidad y respeto. Lo tuvieron. Y no han sufrido esta campaña.

Ronaldo, hay que decirlo, ha sido utilizado por el cantante colombiano Kevin Roldán, contratado en su fiesta como primer artista, quien aprovechó la relevancia universal del Balón de Oro para publicar fotos desde el primer momento y hacerse famoso en todo el mundo.

El portugués ha aprendido la lección y solo piensa en ganar al Deportivo y en volver a ser determinante. «La plantilla está dolorida por tantos palos», deportivos y extradeportivos, destacan en el vestuario. No dicen palos, sino una palabra más dura, que subraya el enfado general.